24 de diciembre ─Víspera de la Natividad, según la carne, de nuestro Señor, Dios y Salvador Jesús Cristo.
DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR,
SAN LEÓN MAGNO.
Despierta, oh hombre, y reconoce la dignidad de tu naturaleza y recuerda que fuiste hecho a imagen de Dios, que si se corrompió en Adán, fue reformado en Cristo. Usa, como debe usarse, de las criaturas visibles, como usas de la tierra, mar, cielo, aire, fuentes y luces, y cuánto de bello y admirable en ellos encuentres, conviértelo en gloria y alabanza del Creador. No seas esclavo de aquella luz con la cual se deleitan las aves y serpientes, bestias y animales, moscas y gusanos. Palpa con el sentido corporal la luz corpórea, mas con el afecto del corazón toca aquella verdadera lumbre que alumbra a todo hombre que viene a este mundo (Jb 1:9). y de la cual dice el Profeta: Acercaos a él y seréis alumbrados, y vuestros rostros no se llenarán de confusión (Sal 33:6). Si somos templo de Dios y el Espíritu Santo habita en nosotros, mucho más es lo que tiene dentro de su alma cualquier fiel, que lo que admira en el cielo.
Comments