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ALABADÍSIMO SANTO APÓSTOL FELIPE

conmemorado el 14 de noviembre.

 

El Alabadísimo Santo Apóstol Felipe era oriundo de la ciudad de Betsaida, Galilea. Poseía un profundo conocimiento de la Sagrada Escritura y, discerniendo correctamente el significado de las profecías del Antiguo Testamento, esperó la venida del Mesías. A través del llamamiento del Salvador (Jn 1:43), Felipe lo siguió. Del Apóstol Felipe se habla varias veces en el Santo Evangelio: trajo a Cristo al Apóstol Natanael (es decir, Bartolomé, 22 de abril, 30 de junio y 25 de agosto. Ver Jn 1:46). El Señor le pregunta dónde comprar pan para cinco mil hombres (Jn 6:5-7). Trajo a algunos de los judíos helenizados que deseaban ver a Jesús (Jn 12:21-22); y finalmente, en la Última Cena le pidió a Cristo que les mostrara al Padre (Jn 14:8).

Tras la Ascensión del Señor, el Apóstol Felipe predicó la Palabra de Dios en la ciudad de Galilea, acompañando su predicación con milagros. Como verbigracia, devolvió la vida a un difunto infante en los brazos de su madre. De Galilea fue a Grecia y predicó entre los judíos que establecidos allí. Algunos de los cuales notificaron de la predicación del Apóstol a Jerusalén. En respuesta, unos escribas arribaron a Grecia desde Jerusalén, con uno de los principales sacerdotes judíos a la cabeza, a fin de interrogar al apóstol Felipe.

El Apóstol Felipe expuso la mentira del sumo sacerdote, quien clamaba que los discípulos de Cristo habían robado y escondido el cuerpo de Cristo. Felipe narró en cambio cómo los fariseos habían sobornado a los soldados de guardia para difundir deliberadamente este rumor. Cuando el sumo sacerdote judío y sus compañeros comenzaron a insultar al Señor y se abalanzaron sobre el apóstol Felipe, de pronto quedaron ciegos. Con su oración el Apóstol devolvió la vista a todos. Al ver este milagro, muchos creyeron en Cristo. El Apóstol Felipe les proporcionó un obispo, de nombre Narciso (que se cuenta entre los Setenta Apóstoles, 4 de enero).

De Grecia el Apóstol Felipe fue a Partia, y luego a la ciudad de Azoto, donde curó una dolencia en el ojo de la hija de un vecino del lugar llamado Nikoklides, quien lo recibió en su casa, y cuya familia bautizó seguidamente.

De Azoto el Apóstol Felipe partió hacia la Hierópolis de Siria (había varias ciudades con este nombre) donde, incitados por los fariseos, los judíos quemaron la casa de Heros, quien había acogido al Apóstol Felipe, encima, deseaban asesinar al Alabadísimo Santo Apóstol. El Apóstol realizó diversos milagros; a saber, la curación de la mano del oficial de la ciudad, Aristarco, la cual se secó cuando éste intentó azotar al apóstol; así como devolverle la vida a un niño difunto. Al ver tales maravillas, se arrepintieron y muchos aceptaron el Santo Bautismo. Después de nombrar a Heros obispo en Hierópolis, el Apóstol Felipe marchó hacia Siria, Asia Menor, Lydia, Émesa y por demás sitios predicando el Evangelio y padeciendo sufrimientos. Tanto él como su hermana Santa Mariamne (17 de febrero) fueron apedreados, encerrados en prisión y expulsados ​​de las aldeas.

Más tarde, el Apóstol Felipe arribó a la ciudad de Frigia Hierópolis, donde existía un sinnúmero de templos paganos. Entre ellos, un templo pagano donde la gente adoraba a una enorme serpiente como si fuera un dios. El Apóstol Felipe mató, mediante el poder de la oración, a la serpiente y sanó a muchos mordidos por serpientes.

Entre los sanados estaba la esposa del prefecto de la ciudad, Amphipatos. Al enterarse de que su esposa había aceptado el cristianismo, el prefecto Amphipatos dio orden de arrestar a San Felipe, a su hermana y al Apóstol Bartolomé, quien viajaba con ellos. A instancias de los sacerdotes paganos del templo de la serpiente, Amphipatos ordenó la crucifixión de los Santos Apóstoles Felipe y Bartolomé.

Súbitamente, un terremoto tuvo ocurrencia y derribó a todos los presentes en el lugar del juicio. Colgado de la cruz junto al templo pagano de la serpiente, el Apóstol Felipe oró por los que lo habían crucificado, pidiendo a Dios que los salvara de los estragos del terremoto. Al ver esto, la gente creyó en Cristo y exigió que los apóstoles fueran bajados de las cruces. El Apóstol Bartolomé aún vivía cuando lo bajaron, e impartió el Santo Bautismo a todos los creyentes y estableció un obispo para ellos.

Sin embargo, el Apóstol Felipe, por cuyas oraciones las vidas de todos, con excepción de Amphipatos y los sacerdotes paganos, fueron preservadas, expiró en la cruz.

Mariamne, su Santa hermana enterró su cuerpo, y partió con el Apóstol Bartolomé a predicar en Armenia, donde el Apóstol Bartolomé (11 de junio) fue crucificado. La propia Mariamne predicó hasta su propia muerte en Lykaonia.

El Alabadísimo Santo Apóstol Felipe no debe confundirse con San Felipe Diácono (11 de octubre), uno de los Setenta.



REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2022). Holy, All-Praised Apostle Philip. New York, Estados Unidos: OCA.

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