conmemorada el 14 de agosto.
PRIMERA HOMILÍA SOBRE LA DORMICIÓN
Panegírico de la Dormición de la Excelsa, Bendita y Gloriosísima Señora Nuestra, La Madre De Dios Y Siempre Virgen María, por el Pobre y Humilde Monje y Presbítero Juan Damasceno.
MARÍA, CIUDAD DE DIOS.
La memoria de los justos es objeto de alabanzas según manifiesta el sapientísimo Salomón; y David, el antepasado del Señor, dice: Es preciosa en la presencia de Dios la muerte de sus santos. Si el recuerdo de todos los justos requiere alabanzas, ¿quién no deberá glorificar a la que es fuente de la justicia y tesoro de santidad? No se trata con ello de acrecentar su gloria, sino de obtener para nosotros la gloria perdurable. No necesita, en efecto, de nuestra glorificación la que es tabernáculo del Señor de la gloria y ciudad de Dios, de la cual se han dicho cosas gloriosas, según aquellas palabras del insigne David que se refieren a ella: Cosas gloriosas han sido dichas acerca de ti, oh ciudad de Dios. ¿A qué otra ciudad podremos alabar, sino a la del Dios invisible e inmenso, que con su poder abarca todas las cosas? Me refiero a aquella ciudad que, de un modo maravilloso y sobrenatural, albergó al Verbo de Dios, que está por encima de toda sustancia. Acerca de ella el Señor ha manifestado cosas gloriosas, pues no hay nada que supere la gloria de haberse dado en ella cumplimiento a los antiguos y veraces designios de Dios.
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