EL MISTERIO DE LA INSTRUCCIÓN DE DIOS POR LA GRACIA.
Por Ierotheos Vlajos, Metropolita de Lepanto.
La instrucción de Dios son las idas, venidas y escondidas de Χάρις (jaris, gracia energía increada) y todo el conocimiento sobre el Dios y la vida eterna, que se ofrecen al hombre. Esta instrucción es un misterio, puesto que todo lo que se energiza, opera en la Iglesia es misterio. Nos basamos en los Santos Padres que son los “iniciados por experiencia” y han recibido la apocálipsis (revelación) de Dios sobre estas realidades.
Sobre la instrucción a Dios existen muchos pasajes dentro en el Antiguo y Nuevo Testamento. No pretendemos desarrollarlos minuciosamente. Simplemente podemos decir introductoriamente que a los Cristianos que se dirige el Apóstol Pablo, provenientes de los Hebreos, recibieron la Χάρις (jaris gracia energía increada) de Cristo y enseguida afrontaron persecuciones de parte de sus compatriotas. Como se habían debilitado un poco, por eso les escribe esta epístola recalcándoles algunas verdades. Entre estas, generalmente la persecución y la tentación están íntegramente vinculadas con los hijos de Dios. En este misterio de instrucción se refiere todo el capítulo 12 de la epístola a los Hebreos.
San Teofílakto analizando el contenido de la tentación que afrontaban los Cristianos que provenían de los Hebreos, y también por la razón por la que escribió el Apóstol la epístola observa: “Necesariamente el Apóstol Pablo escribe a los hebreos de Jerusalén, para consolarles de las tristezas, aflicciones y maldades que les habían causado sus compatriotas hebreos infieles; entonces los hebreos en Jerusalén tenían el poder de juzgar y encarcelar a los que ellos querían… (Heb 12)
Pero esta tentación no es sólo exterior es también interior. Es decir, que los primeros Cristianos afrontando el problema de la privación de sus corazones de la Jaris increada de Dios, no podían concebir este abandono de Dios. Estaban totalmente incapaces de interpretar este fenómeno de la vida espiritual, es decir, de la participación en la Cruz de Cristo. De acuerdo con la testificación de nuestros Santos, en esta instrucción se refiere principalmente el Apóstol. Porque Dios trabaja de manera incomprensible para la razón del intelecto o la mente humana.
A continuación diremos unas palabras dentro de la experiencia de los Santos Padres sobre esta instrucción de Dios y sobre este misterio de la vida espiritual. Este análisis es imprescindible, porque muchos Cristianos contemporáneos sufren de esta situación y a la vez no pueden dar ninguna explicación e interpretación y así caen a la depresión y la desesperanza.
En las obras de los Padres se presenta que la vida espiritual tiene muchos estadios o etapas. Principalmente se distinguen en tres: en la catarsis (sanación, purificación) del corazón, en la iluminación del nus y en la zéosis (glorificación, o perfeccionamiento). San Máximo el Confesor estas etapas correspondientemente las llama “filosofía práctica”, “zeoría o contemplación natural” y “teología mística”. Esta división empieza por Aristóteles y continúa en los Santos Padres, pero con otro contenido. Aristóteles divide las fases o etapas de la vida religiosa en la ética, en la física-natural y en la teología. Orígenes dice que: “el Cristiano mediante la práctica adquiere a Cristo como amo de casa (anfitrión), mediante la naturaleza como Rey y por la teología como Dios”.
Los grados de la vida espiritual son tres, según el logos de Cristo “YoSoY el camino (ética) y la verdad (naturalidad o naturaleza) y la vida (teología)” (Jn. 14,6). Εvagrio define al cristianismo como: “dogma de nuestro Señor Jesús Cristo constituido de práctica, física-naturaleza y teología. El mismo discernimiento se observa también en san Diádoco de Fótica, en san Simeón el Nuevo Teólogo quien ha dividido sus capítulos en: prácticos, gnósticos y teológicos. San Gregorio Palamás ha utilizado la misma distinción en sus capítulos: éticos, físicos o naturales y teológicos.
Pero estudiando las obras de los Padres y principalmente los llamados nípticos, encontramos una otra graduación de la vida espiritual. Esta es más profunda, sin anular los estadios anteriores de la vida espiritual. Porque es verdad, según la experiencia de muchos Santos Padres, la ida de un estadio a otro se hace con la energía increada Jaris de Dios y el dolor por la privación de Ella hasta una nueva venida. Así de acuerdo con esto, podemos distinguir la vida espiritual en tres estadios. En la venida de la increada Gracia, en su ocultación o abandono y en la nueva venida al corazón del hombre. Esta profunda experiencia la expresan los Teóforos Padres.
San Macario el Grande, en “Homilías espirituales”: “El que escucha al logos viene en recogimiento, contrición y después de esto privándose de la Jaris por economía y por el interés de los hombres, se introduce en la práctica y la guerra instructiva, combatiendo y luchando contra el satanás y después de mucho camino y lucha le llegan las victorias y se convierte en Cristiano”.
Esta observación es notable. Porque manifiesta lo dicho anteriormente. Es decir, esta instrucción es la guerra en tiempo de privación de la Jaris y muestra claramente que los estadios de la vida espiritual se identifican con la venida, la privación o abandono y la nueva llegada de la Jaris de Dios. Recalca sobre todo que el hombre se hace Cristiano no con el recogimiento por la venida de la Jaris, sino por la lucha que seguirá. Entonces se consigue, como vamos a decir más abajo, la experiencia y la gnosis (conocimiento increado) de Dios.
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Metropolita de Lepanto, Ierotheos Vlajos.
Traducido por: Jristos Jrisoulas, www.logosortodoxo.com
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