conmemorada el 11 de mayo.
En el año 324, el Santo Emperador Constantino (21 de mayo) determinó que la capital imperial había de estar más cerca de las provincias orientales y, asimismo, mantener comunicación directa con Occidente. La ciudad de Bizancio cumplía con semejantes requisitos, y el 8 de noviembre de 324 se consagró como sitio de la nueva capital.
Cuenta la tradición que el emperador se encontraba trazando los límites de la ciudad con una lanza, entonces sus cortesanos quedaron atónitos ante la magnitud de las nuevas dimensiones de la capital. “Señor”, le preguntaron, “¿hasta cuándo seguirá adelante?”.
Constantino respondió: “Seguiré adelante hasta que aquel que camina delante de mí se detenga”.
Entonces comprendieron que el emperador estaba siendo guiado por un poder divino. Existe un boceto iconográfico de Rallis Kopsides que ilustra a un ángel del Señor a cuya zaga anda san Constantino al tiempo que traza los nuevos márgenes de la ciudad.
La construcción de los edificios principales dio inicio en el año 325, y se hizo uso de monumentos paganos de Roma, Atenas y otras ciudades para embellecer la nueva capital. La exigencia de una nueva ciudad se explica en parte por los requisitos cambiantes del gobierno, la invasión germánica de Occidente y los beneficios comerciales, pero la nueva ciudad también iba a ser una capital cristiana. A tal fin, se requería una nueva fundación.
En el año 330 el trabajo había progresado hasta tal punto que fue posible para Constantino dedicar la nueva capital. La dedicación tuvo lugar el 11 de mayo, seguida de cuarenta días de gozosa celebración. La Constantinopla cristiana quedó bajo la protección de la Santísima Madre de Dios y eclipsó a la Bizancio pagana. San Constantino fue el primer emperador en someterse voluntariamente a Cristo, y Constantinopla se convirtió en el símbolo de un imperio cristiano que perduró por diez siglos.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Commemoration of the Founding of Constantinople. New York, Estados Unidos: OCA.
Comments