conmemorado el jueves 02 de mayo de 2024.
El Gran Jueves Santo (en gr. Megáli Pémpti), conmemoramos el lavamiento de los pies de los Santos Apóstoles a manos del Señor, la Última Cena (en gr. “O Mistikós Dípnos”, literalmente, la Cena Mística), es decir la entrega del Misterio de la Divina Eucaristía a nosotros de parte del Señor, la oración del Señor hacia Su Padre y la traición de Judas.
Aquella noche del jueves, antes de comenzar la oración, Jesús “se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido” (Evangelio según san Juan 13:4-5). De dicho modo quería demostrar a todos que no hemos de buscar la prioridad. Tras lavar sus pies dice: «Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y el servidor de todos».
Primero se dirigió a Judas y después a Pedro, quien era el más impetuoso de todos y en un principio detiene al Maestro, pero después, tras exhortarle, acepta de corazón. Tras haber lavado los pies a todos, tomó su manto y volvió a sentarse. Prosiguió diciendo:
Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros (EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN, 13:34-35).
Asimismo, aconsejó que no buscasen ser los primeros. Después les habló sobre la traición y cómo habrían de sentir temor, se gira tranquilamente hacia Juan y le hace señal. A continuación:
Jesús tomó el pan, y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo testamento, la cual es derramada por muchos para remisión de pecados. Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre. (EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO, 26:26-29)
Tras éste momento, Judas, nada más comer del pan, se fue y acordó con los principales sacerdotes entregarlo. Después de la cena fueron todos al monte de los Olivos, donde Cristo los enseñó lo nunca escuchado y las últimas enseñanzas y comienza a entristecerse e intranquilizarse. Se separó quedándose Él sólo, se arrodilla y reza extensamente. De la agonía, Su sudor se hace tan denso como gotas de sangre, las cuales caían sobre la Tierra. Una vez que completa la oración agonizante, llega Judas con soldados armados y una gran multitud. Saluda y besa perversamente a su Maestro y lo entrega. Entonces, Jesús es capturado y Lo llevan atado ante los principales sacerdotes Anás y Caifás.
Los discípulos se dispersaron y el más cálido de todos, Pedro, lo siguió hasta el patio del sumo sacerdote, donde niega que es discípulo Suyo. Mientras tanto el Divino Enseñante es presentado ante el falso concilio, examinándose a Sus discípulos y su enseñanza. Invocan a Dios para que dijese que Él es el Cristo; dijo la verdad, y lo condenaron culpable de muerte, porque supuestamente blasfemó. A partir de entonces, lo escupieron en la cara, lo golpearon y lo maltrataron de diversos modos durante toda la noche:
“Y venida la mañana, todos los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo tomaron consejo contra Jesús para entregarle a muerte. Y le llevaron atado, y le entregaron a Poncio Pilato, el gobernador” (EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 27:1-2).
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2023). Gran Jueves Santo: La Última Cena. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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