conmemorado el 24 de agosto.
El Hieromártir Cosme (Kosmás) ─Constantino en el mundo─, igual a los Apóstoles (en griego, “Isapóstolos”), era oriundo de Etolia. Al principio, estudió bajo la dirección del Archidiácono Ananías Dervisanos, y luego continuó su educación en el Monte Athos, en el Colegio Vatopedi, célebre por maestros como Nicholas Tzartzoulios (de Metsovo) y Evgénios Voulgaris (más tarde, en los años 1775-1779, Arzobispo de Ekaterinoslav y Quersoneso).
Permaneció en Athos en el Monasterio de San Filoteo para dedicarse a la obra espiritual. Fue tonsurado monje con el nombre de Cosme y más tarde fue ordenado Hieromonje. El deseo de beneficiar a sus hermanos cristianos, de guiarlos por el camino de la salvación y fortalecer su fe, lo impulsó a buscar la bendición de sus padres espirituales y marchar hacia Constantinopla. Allí dominó el arte de la retórica y, habiendo recibido un permiso por escrito del Patriarca Serafín II (y más tarde de su sucesor Sofronio), se empeñó en predicar el Santo Evangelio.
Así, el Santo comenzó a proclamar el Evangelio primero en las iglesias de Constantinopla y en los pueblos circundantes, luego en las regiones del Danubio, en Tesalónica, en Verroia, en Macedonia, Quimera, Akarnania, Etolia, en las islas de Santa Maura, Cefalonia y otros sitios.
Su predicación, plena de la gracia del Espíritu Santo, fue sencilla, serena y gentil. Brindó a los cristianos un gran beneficio espiritual. El Señor mismo lo socorrió y confirmó sus palabras con señales y milagros, así como confirmara la predicación de los Santos Apóstoles.
Predicando en las remotas regiones de Albania, donde la piedad cristiana casi había desaparecido entre aquellos arraigados en el pecado, san Cosme condujo a muchos al sincero arrepentimiento y al perfeccionamiento por medio de la Palabra de Dios.
Bajo su dirección se abrieron escuelas religiosas en ciudades y pueblos. Los ricos ofrecían su dinero para el remozamiento de las iglesias, para la compra de Libros Sagrados (que el Santo distribuía entre los alfabetizados), de velos (que obsequiaba a las mujeres, advirtiéndolas que acudieran a la iglesia con la cabeza cubierta), de cuerdas de oración y cruces (que distribuyó entre la gente común) y de pilas bautismales para que los niños pudieran ser bautizados de la manera adecuada.
Como las iglesias no podían acoger a todos los que deseaban escuchar al sabio predicador, san Cosme sirvió, junto con cuarenta o cincuenta sacerdotes, la Vigilia en campos y plazas de las ciudades, donde miles de personas oraron por los vivos y por los difuntos, y fueron edificadas por su predicación. En todos los sitios donde san Cosme se detenía y predicaba, los agradecidos oyentes erigían una gran cruz de madera, que desde entonces quedó en memoria de tal obra.
El servicio apostólico de san Cosme concluyó con su muerte como mártir en el año 1779. A los 65 años de edad, fue apresado por los turcos y estrangulado. Su cuerpo fue arrojado al río y tres días después fue hallado por el sacerdote Marcos y enterrado cerca del pueblo de Kolikontasi, en el Monasterio de la Entrada al Templo de la Santísima Theotokos. Posteriormente, parte de sus reliquias fue trasladada a diversos sitios a manera de bendición. Fue glorificado por el Patriarcado Ecuménico en 1961.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Repose of the New Hieromartyr Cosmas of Aitolia Equal of the Apostles. New York, Estados Unidos: OCA.
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