LOS TIPOS O GÉNEROS DE LA FANTASÍA Y LA LUCHA CONTRA ELLA
Por Savas el Aghiorita, Archimandrita y Médico.
Este es el capítulo que con la Jaris-Gracia (energía increada) de Dios veremos hoy en san Siluán el Athonita. Dice el padre Sofronio: “Ya que nos hemos atrevido a escribir sobre la “Santa Hisijía” (paz y serenidad divina interior)”, que tanto amaba san Siluán, “debemos hablar también sobre la lucha inevitable del asceta o del cristiano practicante contra la fantasía”. Y por supuesto la lucha contra la fantasía no es sólo para el asceta sino para cada cristiano que lucha para ser ortodoxo, porque la fantasía juega un papel muy importante y básico en el desarrollo del pecado. Y los santos Padres nos dijeron que la fantasía es el puente de los demonios, es decir, mediante la fantasía los demonios entran en el castillo de nuestra psique-alma. Sabéis que los castillos tenían un puente y cuando querían asegurar el castillo levantaban el puente y el castillo quedaba aislado. Así también la fantasía, ahora en la lucha espiritual, juega este papel o rol. Es decir, si uno tiene puesto el puente, el castillo queda muy vulnerable y fácil de ser conquistado; pasan por encima del puente los demonios y nos atacan y muchas veces en esta guerra invisible nos vencen.
Dice el padre Sofronio: “Este capítulo de la vida espiritual es especialmente sutil y complicado. Como nuestra tendencia es exponer la experiencia concreta, estamos obligados a describir sencillamente en líneas generales la conciencia y las representaciones que han dominado hasta hoy en día en los círculos de los padres de Athos y que compartía también el mismo Yérontas Siluán”. Los Santos no hablan teoréticamente ni de forma meditativa, no hacen filosofía discursiva (tipo mundana), sino con base de los acontecimientos y con base la experiencia que tienen, sea propia de ellos o experiencia de otros Santos.
“Dejamos aparte las teorías de la psicología científica actual. No haremos una comparación o crítica de estas teorías o de otras. Sólo apuntaremos que en muchos puntos no coinciden, porque las dos teorías tienen como base distintas representaciones cosmológicas y antropológicas”.
Esto es muy importante. La ciencia contemporánea y sobre todo la ciencia de la psicología, no tiene las mismas representaciones con estas que tiene la ciencia de la Ortodoxia sobre el hombre y sobre el mundo. Es decir, otras cosas cree la psicología sobre el hombre y sobre el mundo y otras cosas nos ha apocaliptado-revelado Dios. Otras cosas cree (la ciencia actual mundana) sobre la ψυχή psijí (psique, alma, ánima) hasta el punto que algunos creen que no existe, y por supuesto que otras cosas nos enseña Dios mediante los Santos (en apocalipsis-revelación por la jaris de Su Espíritu Santo) sobre la psique-alma. Por lo tanto, no podemos tomar los términos y adoptar algunas cosas de la psicología y pasarlas en la teología. Esto es muy peligroso. Exactamente porque tiene una base diferente lo uno con lo otro. Y por decirlo más claro aún, la psicología tiene una base falsa. La psicología en principio no acepta los demonios, que es el capítulo básico. No acepta la existencia de los espíritus malignos y astutos, los cuales influyen al hombre y le conducen al pecado (en la enfermedad espiritual y psíquica). Por tanto, no cabe comparación ni coexistencia o interconexión entre ellas, tal como algunos intentan casar estas cosas.
Decía el bienaventurado san Paísios que, los que hacen el mayor daño en la Iglesia, son algunos sacerdotes quienes quieren ver, al fiel y al que se confiesa, con criterios y métodos de la psicología y aplicar alguna psicología científica que han estudiado en su pastoral, es decir, al servicio/diaconía de los fieles. Y se hace un enorme lío, mezcla y confusión grande, y por supuesto que es un engaño. Porque estos hombres llegan a decir, que otras cosas son las espirituales y otras las psicológicas. Y para las cosas psicológicas puedes -y debes- ir al psiquiatra o al psicólogo. Y desgraciadamente tenemos este tipo de guías “espirituales”, los cuales mandan los confesados al psicólogo o al psiquiatra. Es decir, ¡manifiestan claramente su insuficiencia a “psico-terapiar”, sanar de esta manera! ¡Pero esto es terrible! ¿Nuestro Cristo no puede psico-terapiar, sanar la psique y necesitamos al psicólogo o al psiquiatra? ¡Es trágico esto!
Por tanto, no hay ninguna cohabitación entre estas dos cosas y, lo diremos sin rodeos, los antiguos Santos no hablan de esto porque no existía esta “ciencia” de psicología, pero los Santos contemporáneos, san Paísios, san Porfirio y otros, condenan la psicología y sus teorías. ¡San Porfirio no quería oír nada sobre estas cosas! Por supuesto que amaba a todos los hombres, también los psicólogos y los psiquiatras, pero no estaba de acuerdo para nada con estas teorías psicológicas y exhortaba a sus hijos espirituales que no fueran a estas cosas. Y decía, que la solución de todos los problemas “psicológicos”, los nombraba “los llamados psicológicos”, que la base de ellos son problemas espirituales, y la solución es la vida espiritual, la agapi (amor incondicional) a Dios, el divino eros “amor ardiente”, el cual empieza a cultivarse por la metania. Cuando el hombre hace una buena confesión general y a continuación comienza a orar sistemáticamente y conscientemente y tener cuidado y estar atento, éste hombre supera todos los problemas psicológicos.
Desgraciadamente también nosotros los llamados cristianos, digo llamados, porque muchos somos cristianos sólo en el nombre, no tenemos la verdadera metania. Y eso se ve por la agresividad que tenemos. Estamos listos para juzgar y condenar a los yérontas, a las yerontisas, a los monjes, a las monjas, a los sacerdotes y a los obispos; pero esto no muestra nada más que tenemos desarreglado nuestro yo, nuestro sí mismo. Tal como decíamos en otro kerigma, el hombre que tiene agresividad, en el fondo de su corazón tiene un espíritu maligno, es decir, no ama a su prójimo y quiere encerrarlo en sus propias medidas y marcos. Y como el mismo no ha saboreado ni sentido el perdón de Dios, porque no se ha arrepentido, no ha vuelto en la metania, tampoco perdona a los demás y no acepta entrar al mismo espacio con el otro. Sino todo lo contrario, quiere también poner al otro, digamos, a su propio modo y modelo de vida tal y como él lo ha creado o fabricado.
Vamos a ver lo que dice aquí el padre Sofronio. “Escribe el Yérontas Siluán: “Hermanos que olvidemos la tierra y todas las cosas que están encima de ella, porque ella nos separa de la visión o expectación de la Santa Trinidad, la Cual es inconcebible por nuestro nus y mente, sin embargo la ven los Santos en los cielos mediante el Espíritu Santo. Nosotros quedémonos en la oración más allá de toda fantasía”. Estas son palabras de san Siluán. Dice, hermanos que olvidemos la tierra, las cosas terrenales, las materiales, porque estas nos desvían de la visión o expectación de Dios, de la Santa Trinidad, la cual es inconcebible y no cabe en nada de lo humano que pueda corresponder a Dios. No existe nada común, es decir, una relación del creado con el Increado, como dijeron los Santos Padres. Por consiguiente, debemos huir totalmente de las cosas creadas, de las terrestres para poder acercarnos a Dios. En cuanto el hombre está enjaulado en las cosas terrenales, materiales, y cuando decimos terrenales entendemos el dinero, las riquezas, las fortunas, los bienes y los disfrutes materiales, el placer o hedonismo de los sentidos y la vana doxa-gloria del mundo, el qué dirá el mundo, mientras el hombre está apegado en estas cosas, seguro que no puede ver a Dios. Esta visión o expectación de Dios la tienen los Santos en los cielos mediante el Espíritu Santo.
“Pero nosotros permanezcamos en la oración más allá de toda fantasía”. ¿Veis lo qué dice el Santo? Nosotros si queremos progresar espiritualmente, quedémonos en la oración y tengamos cuidado de la fantasía. Porque la fantasía no es sólo el puente de los demonios, sino también contaminación e infección del nus (espíritu de la psique) y de la oración. Una oración que tiene en su interior fantasía, resulta ser un juego demoníaco, y el hombre puede llegar a creer que ve a Dios y esencialmente ve fantasmas demoníacos.
Dice el padre Sofronio: “La capacidad o habilidad de la fantasía se manifiesta de muchas y varias maneras y modos. El asceta -y el cristiano- primeramente lucha contra aquel género de fantasía que conecta con la energía y acción de los gruesos pazos carnales” 6, lujuria o fornicación y otros pazos carnales. Por tanto, lo primero que el cristiano debe afrontar son las fantasías de estos pazos carnales. Como veis, ahora el padre Sofronio empieza hablarnos de los distintos tipos o géneros de fantasía. Existen cuatro tipos de fantasía. Y los cuatro no ayudan al hombre espiritual. El primero se relaciona y conecta con los gordos pazos carnales. Y todos por supuesto lo conocemos esto, que el diablo incita y acalora los pazos carnales del hombre mediante la fantasía. Y veis también que todos los engaños heréticos, en concreto las religiones orientales que por excelencia son cosas demoníacas, cultivan sistemáticamente la fantasía. Pero el diablo se alegra incluso más por las fantasías carnales y se alimenta de las caídas carnales, por eso también su arma primero y más importante son exactamente estas fantasías carnales. Y hoy en día está claro que tiene múltiples medios para cultivar estas fantasías, tiene la tecnología, el internet, la televisión, los periódicos, miles de cosas, las cuales introducen en el hombre imágenes/iconas, las cuales por supuesto después se pueden hacer también fantasías y el hombre puede avanzar a cultivar estas imágenes, imprimirlas, etc., y caer muy fácilmente en el pecado carnal.
“El cristiano conoce que cada pazos tiene su forma, porque pertenece a la esfera del mundo creado, que inevitablemente existe en la forma a´ o b´ e introduce la imagen a´ o b´,”. ¿Qué dice aquí el padre Sofronio? Que los pazos no son increados. Los pazos son creados, pertenecen al mundo material, al mundo de aquí. No es algo que lo ha dado Dios ni es elemento de Dios. Dios no tiene ninguna relación con los pazos. Los pazos son movimientos hacia el camino incorrecto, sin salida, pervertidos y deformados de las fuerzas de la psique-alma. Estos son los pazos. Y el hombre en vez de utilizar, por ejemplo, el deseo para amar a Cristo, lo dirige deformemente y falsamente en amar la carne y los placeres carnales o hedonismo, etc… Por tanto estos pazos tienen también una forma. Porque todas las cosas creadas, las materiales de la creación tienen también una imagen.
“En realidad la energía del deseo pasional adquiere fuerza en el hombre sólo cuando la imagen pasional, una vez que se ha aceptado interiormente, atrae hacia su parte el nus (espíritu de la psique)” 8. Hay una imagen pasional, pero esta imagen no tiene fuerza, mientras el hombre no se fija con atención a ella. Por eso dice aquí el santo padre Sofronio, que la imagen pasional adquiere fuerza cuando haya atraído el nus. Diciendo nus no queremos decir la diania (mente, intelecto) o cerebro, el pensamiento, sino exactamente esto que llamamos “atención fina”. ¿Dónde está nuestro nus? Allí dónde ponemos nuestra atención, está nuestro nus. El nus es la dinami (potencia y energía) más importante de la psique. Por tanto, podemos decir que el nus es la atención fina. Así que, allí donde está la atención, allí estamos esencialmente. Decimos muchas veces, vamos a la Iglesia, ¡pero nuestro nus está en otra parte! Sí. ¿Por qué? ¡Porque exactamente no ponemos atención ni a lo que dice el sacerdote, ni tampoco lo que dice el salmista, estamos en otra parte! Realmente estamos en la Iglesia sólo corporalmente. Esencialmente no estamos. Por tanto, a lo que estamos atentos, donde está nuestro nus, allí estamos.
(Si lo deseas, puedes descargar y leer el documento completo, desde la Biblioteca Digital de nuestro sitio).
Hieromonje Savas el Aghiorita
Traducido por: Jristos Jrisoulas, www.logosortodoxo.com
Comments