conmemorado el 29 de mayo de 2024.
Los cincuenta días posteriores a Pascua hasta la fiesta de Pentecostés se conocen como el período del “Pentecostárion” (evocando el nombre del Libro Litúrgico que recoge los servicios eclesiásticos del dicho período) en la Iglesia Católica y Apostólica Ortodoxa.
En el punto medio entre las grandes fiestas de Pascua y Pentecostés, el día veinticinco, que es siempre un miércoles, tiene lugar una de las fiestas más queridas para los cristianos ortodoxos más devotos conocida simplemente como Medio Pentecostés.
Medio Pentecostés es al Pentecostárion lo que el Tercer Domingo de la Gran Cuaresma, en que se honra a la Santa Cruz, es para el período de la Gran Cuaresma. Es un día que nos ayuda a enfocarnos en el tema central de todo el período.
En tanto que el punto medio de la Gran Cuaresma nos recuerda que debemos llevar la Cruz de Cristo con valor para que podamos morir diariamente con Cristo para experimentar la resurrección de nuestro Señor, así también el punto medio del Pentecostárion nos ilumina con respecto al tema de los cincuenta días siguientes a Pascua, que es la adquisición del Espíritu Santo derramado como un regalo a todos los fieles que participan del Agua Viva que es el mismo Cristo.
El tema central tejido a lo largo del período del Pentecostárion, por tanto, es el agua. Éste se convierte en el tema central del período porque es el tema central del Evangelio de Juan que leemos en su totalidad durante el Pentecostárion y que naturalmente fluye en los Hechos de los Apóstoles, también leído en su totalidad durante éste período.
Éste tema aparece por primera vez en la misma Pascua en el alegre Canon de la Fiesta de las Fiestas, escrito por san Juan Damasceno, cuando nos invita a “tomar una nueva bebida”, no “surgida de una roca estéril”, como en el Antiguo Testamento bajo Moisés, sino que más bien “brota de la tumba de Cristo”. Luego, durante la Divina Liturgia Pascual, el sacerdote sale con el Evangelio y canta en voz alta el Salmo 67:27 diciendo: “En las congregaciones, bendecid a Dios, el Señor de los manantiales de Israel”. Cuando concluye la Semana de la Renovación o la Semana Brillante, la Iglesia establece sabiamente dos domingos para eliminar toda duda relacionada con la Resurrección de Cristo, el domingo de Santo Tomás y el domingo de las Mujeres Portadoras de Mirra. Lo antedicho se hace para garantizar que todos participemos del Agua Viva que solo el Señor resucitado puede dar. Los tres domingos subsiguientes ─a medida que nos acercamos a Pentecostés─ el tema del agua se vuelve cada vez más central en los himnos de la Iglesia. Así, nos encontramos un domingo en el estanque de Betesda con el paralítico, luego en el pozo de Jacob con la mujer samaritana, y finalmente en la piscina de Siloé con el ciego.
Durante éste período festivo escuchamos sobre el “Agua Viva”, la cual, si uno participa de ella, “nunca tendrá sed”. Se nos enseña que éste Agua Viva es nuestro Salvador, y participamos de Él a través de las aguas bautismales y la Copa de la Vida que surgió de Su costilla en Su crucifixión para la remisión de los pecados y la vida eterna (surgió sangre y agua).
Luego, en Pentecostés, llovió la gracia increada de Dios sobre nuestros agostados almas y cuerpos para que podamos ser fructíferos y tener una gran cosecha como escuchamos del santo Evangelio en ese día: “Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba”.
Finalmente, el Pentecostárion concluye con la Fiesta de todos los Santos, es decir, aquellos que participaron de las “aguas de la piedad”, que es la cosecha de la efusión del Espíritu Santo.
Los Padres de la Iglesia nos enseñan que la fiesta de Mitad de Pentecostés se encuentra en medio del período de cincuenta días desde la Pascua hasta Pentecostés, como un poderoso río que fluye de la gracia divina y que tiene como fuente éstas dos grandes fiestas. Pascua y Pentecostés se unen en la Mitad de Pentecostés. Sin Pascua no hay Pentecostés y sin Pentecostés no hay propósito para Pascua.
La Fiesta de la Mitad de Pentecostés se celebra durante toda una semana hasta el miércoles siguiente, por lo que es una fiesta de ocho días. Durante todo éste tiempo, los himnos de Medio Pentecostés se unen con los de la Pascua. Debido al tema del agua, tradicionalmente la Iglesia celebra la Bendición Menor de las Aguas en éste día, preferiblemente con una procesión con la Santa Cruz hasta una fuente de agua.
El tema de la Fiesta no solo invoca al agua, sino que, más importante aún para la cronología del Evangelio, honra a Cristo como Maestro y Sabiduría a medida que se revela entre las historias del paralítico y la del hombre ciego. Durante éste tiempo se nos dice: “a la mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y enseñaba… Jesús les respondió y dijo: «Mi doctrina no es mía, sino de aquel que me envió. El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta» (Jn 7:14-30).
El icono para ésta fiesta representa al joven Jesús enseñando a los ancianos en el Templo (Lc 2:46-47), momento en el que Jesús se reveló a sí mismo como un maestro o rabino. Los iconos ortodoxos tradicionales representan a Jesús como más grande que los ancianos, mostrando su estado espiritual superior. Dado que los himnos de la Iglesia invocan y alaban a nuestro Señor como la Sabiduría de Dios mencionada en el Libro de Proverbios del Antiguo Testamento, es tradicional que todas las iglesias nombradas en honor a la Santa Sabiduría o “Agia Sophia” celebren su fiesta en éste día. De hecho, el erudito griego Constantine Kalokyre escribió un estudio titulado “Las Iglesias de la Sabiduría de Dios y la Fecha de su Celebración”, que apareció en el periódico San Gregorio Palamás, no. 71 (723) (1988), pp. 538-617. En éste estudio, se llega a la conclusión de que la Gran Iglesia de Santa Sofía en Constantinopla celebraba su fiesta en Mitad de Pentecostés.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2023). Mitad de Pentecostés. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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