top of page

Meditaciones Sobre La Natividad: Lectura número dieciocho.

Foto del escritor: monasteriodelasant6monasteriodelasant6

HOMILÍA 38,

SAN GREGORIO NACIANCENO.

 

7. Dios siempre ha sido, siempre es y siempre será o más exactamente, siempre es. Porque «fue» y «será» significan fragmentos de tiempo, propios sólo de nuestra naturaleza fluyente, en tanto que Dios siempre es y, precisamente, Él mismo se otorga este nombre cuando contesta a Moisés en el monte. Pues todo cuanto existe lo abarca Él, que no tuvo principio ni tendrá final, como un mar ilimitado e infinito que excede todo pensamiento sobre el tiempo y la naturaleza, por grande que sea. En nuestro entendimiento nos representamos a Dios, bastante oscura y limitadamente, no concibiendo los atributos que le son propios, sino valiéndonos de los seres que hacen referencia a Él. Mas si la imagen de algo se alcanza a partir de otra cosa, se llega solamente a una figura de la verdad que escapa antes de poder retenerla, huye antes de que la comprendamos. Tal figura de Dios ilumina lo mejor de nosotros mismos —con tal de que lo hayamos purificado—, al modo como un fugaz relámpago da luz a los ojos. Sucede esto, según mi parecer, para que, por una parte, por aquello por lo cual Él puede ser comprendido por nosotros, nos atraiga a Sí, pues nadie espera ni pretende conseguir lo que no le es dado conocer en modo alguno. Por otra, por cuanto nos es inasequible, se constituye en objeto de nuestra admiración, para que, siendo admirado, sea deseado; deseándolo, nos purifique y purificados, nos haga divinos a fin de tener relación con quienes han sido hechos semejantes a Él.

1 visualización0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page