top of page

Meditaciones Sobre La Natividad: Lectura número treinta y tres.

Foto del escritor: monasteriodelasant6monasteriodelasant6

«CONFESION QUE CONDUCE AL HOMBRE INTERIOR A LA HUMILDAD»,

RELATOS DE UN PEREGRINO RUSO.


2. No amo tampoco a mi prójimo. Puesto que no sólo soy incapaz de decidirme a entregar mi vida por él (conforme a lo que dice el Evangelio), sino que ni siquiera sacrifico mi felicidad, mi bienestar y mi paz por el bien de mis semejantes. Si lo amase tanto como a mí mismo, como manda el Evangelio, sus infortunios me afligirían a mí también, e igualmente me deleitaría con su felicidad. Pero, por el contrario, presto oídos a extrañas e infortunadas historias sobre mi prójimo, y no siento pena, me quedo imperturbable o, lo que es peor, encuentro en ello un cierto placer. No sólo no cubro con amor la mala conducta de mi hermano, sino que la proclamo abiertamente con censura. Su bienestar, su honor y su felicidad no me causan placer como si fueran míos y, al igual que si se tratase de algo absolutamente ajeno a mí, no me proporcionan ningún sentimiento de dicha. Lo que es más, ellos despiertan en mí, de forma sutil, sentimientos de envidia o de menosprecio.

2 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Commenti


bottom of page