top of page

Meditaciones Sobre La Natividad: Lectura número veinte.

Foto del escritor: monasteriodelasant6monasteriodelasant6

LA CONCEPCIÓN DEL VERBO Y LA DIVINA ENCARNACIÓN,

VENERABLE JUAN DE DAMASCO.


Un ángel del Señor fue enviado a la santa Virgen, la cual descendía de la tribu de David. Es bien manifiesto que nuestro Señor procedía de Judá, y de esta tribu nadie sirvió al altar, como dijo el divino Apóstol, sobre lo cual hablaremos con mayor precisión después. Le dijo el ángel, anunciándole la nueva noticia: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se turbó por estas palabras, y le dijo el ángel: No temas, María, porque has hallado gracia ante el Señor… y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados, por lo cual Jesús es traducido como Salvador. Pero ella estaba perpleja: ¿Cómo lo tendré, puesto que no conozco varón? Nuevamente le dice a ella el ángel: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el que ha de nacer será santo y llamado Hijo de Dios. Y ella le dice: He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Después del consentimiento de la santa Virgen, el Espíritu Santo vino sobre ella, conforme a la palabra del Señor que comunicó el ángel. El Espíritu Santo la purificó y le procuró, juntamente con una potencia capaz de recibir la divinidad del Verbo, la potencia de engendrarlo. Y entonces la cubrió la Sabiduría y Potencia subsistente del Dios Altísimo, el Hijo de Dios, que es consubstancial con el Padre. Como una semilla divina, juntó para sí mismo, a partir de la sangre inocente y purísima de ella, una carne animada con alma racional e intelectual, primicia de nuestra arcilla, no por procreación, sino por creación, a través del Espíritu Santo. No es un vestido enlazado con añadiduras poco a poco, sino que bajo el poder de uno ha sido hecho perfecto. Es el Verbo de Dios: su misma hipóstasis es la que se relaciona con la carne. En efecto, el Verbo divino no fue unido a una carne ya hecha persona en sí misma, sino que, habitando en el vientre de la santa Virgen, el Verbo tomó sobre sí una carne animada con alma racional e intelectual en la propia hipóstasis no-circunscrita a partir de la sangre inocente de la Siempre Virgen. Adquirió la primicia de la arcilla humana: el mismo Verbo de Dios se hizo una hipóstasis con la carne. De modo que simultáneamente es una carne, tanto carne del Verbo de Dios, como carne animada, racional e intelectual. Por esto no decimos que sea un hombre divinizado, sino un Dios hecho hombre. Dios, que es perfecto por naturaleza, él mismo se hizo por naturaleza hombre perfecto. No cambió de naturaleza, ni tampoco aparentó la economía, sino que, a la carne animada racional e intelectualmente, que fue concebida por la santa Virgen, la hizo partícipe del ser en él. Se unió a esta carne de modo inconfuso, inmutable e indiviso, pero no cambió la naturaleza de su divinidad en la esencia de la carne, ni cambió la esencia de su carne en la naturaleza de su divinidad. Tampoco existió una naturaleza compuesta a partir de su naturaleza divina y de la naturaleza humana que él adquirió.

0 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page