top of page

Meditaciones Sobre La Natividad: Lectura número veintiuno.

Foto del escritor: monasteriodelasant6monasteriodelasant6

LA SANTA VIRGEN ES MADRE DE DIOS,

VENERABLE JUAN DE DAMASCO.


Proclamamos Madre de Dios (Theotokos) propia y verdaderamente a la santa Virgen, ya que de ella nació el verdadero Dios. Sin duda es verdadera Madre de Dios la que engendró de sí al verdadero Dios encarnado. Porque afirmamos que Dios ha nacido de ella, no en cuanto de ella haya tomado principio el ser de la divinidad del Verbo, sino en cuanto el mismo Verbo de Dios, que ha sido engendrado antes de los siglos y eternamente por el Padre, y que existe sin principio y perpetuamente junto al Padre y al Espíritu, en estos últimos tiempos por nuestra salvación, habitó en el vientre de la Virgen y de ella se encarnó sin sufrir cambio, y fue engendrado. Porque la santa Virgen no engendró a un hombre desposeído, sino al Dios verdadero, no a un Dios desnudo, sino encarnado. No descendió el cuerpo del cielo, como si por un tubo se deslizara a través de ella, sino que de ella, consustancial a nosotros, asume la carne, la cual subsiste en él mismo. En efecto, si desde el cielo se ha trasladado el cuerpo, y no se ha tomado de la naturaleza a nuestra manera, ¿Qué necesidad hay de la humanización? Sin duda la humanización del Verbo de Dios se realizó a causa de esto, para que la misma naturaleza que ha pecado, que ha caído y se ha corrompido, venciera al tirano que la había engañado, y de este modo fuera liberada de la corrupción. Como dice el divino Apóstol: Porque por el hombre vino la muerte, y por el hombre la resurrección. Si es cierto lo primero, también lo segundo.

0 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page