conmemorado el 28 de enero.

Nuestro Venerable Padre Isaac el sirio, Obispo de Nínive, vivió durante el siglo VI. Él y su hermano ingresaron en el Monasterio de Mar Mattai (i. e. Monasterio de San Mateo), cerca de Nínive. Fue asestado por el amor a Dios desde temprana edad, y abandonó el mundo, tomando el yugo ligero del Señor en medio de los hermanos, y en el Monasterio se vistió con el esquema monástico, esforzándose en toda virtud, subyugación y dominio propio. Su sabiduría, virtud y ascesis atrajeron la atención de los hermanos, quienes lo propusieron dirigir el Monasterio. San Isaac no deseaba esa responsabilidad, sino una vida de silencio, por lo que abandonó el Monasterio.
El Venerable Isaac se retiró de allí, y se instaló en una región desértica, en extrema quietud y presa del anhelo, renunciando a todo lo material, y elevándose a las alturas de la contemplación, pleno de intangible esplendor, convirtiéndose en un ángel en la carne. Su hermano lo instó a volver al Monasterio más de una vez, mas él no accedió. De ahí, por llamado divino, fue elevado al trono de la jerarquía y elegido como obispo y pastor de la santa Iglesia de Nínive.
Al mirar la impiedad y la desobediencia de los pobladores de la ciudad, el Santo sintió que estaba más allá de su capacidad instruirlos. Una vez, dos cristianos acudieron a él para pedirle que resolviera una disputa. Uno de ellos reconoció que era deudor del otro, pero pidió una breve prórroga. El prestamista amenazó con llevar a su deudor a los tribunales para obligarlo a pagar. San Isaac, citando el Evangelio, lo pidió que fuera misericordioso y le diera más tiempo al deudor para pagar. El hombre le dijo: “¡Deja tu Evangelio de lado!”. San Isaac respondió: “Si no te sometes a los mandamientos del Señor en el Evangelio, ¿qué me queda por hacer aquí?”. Después de sólo cinco meses como obispo, san Isaac renunció a su cargo y se fue a las montañas a vivir con los eremitas. Descorazonado y doliente por la pérdida de la santa paz, y mirando el desdén por los mandamientos del Evangelio, abandonó todo y retornó con gozosos pies a su amada quietud. Más tarde, viajó al Monasterio de Rabban Shabur, donde vivió hasta su dormición, alcanzando un alto grado de perfección espiritual.
Allí completó su vida terrena, y habiendo arribado a las posibilidades de la perfección humana, partió gozoso, en una edad madura, a su añorado Cristo, recibiendo la compensación por sus fatigas.
Desde principios del siglo VIII hasta principios del siglo XVIII, nada, sino su nombre y obras, se sabía sobre san Isaac el Sirio en Europa. Sólo en el año 1719 se publicó una biografía del Santo en Roma, compilada por un autor árabe anónimo. En el año 1896, salió a la luz más información sobre san Isaac. El erudito soteriólogo francés Abad Chabot publicó unas obras del siglo VIII sobre la historia de Siria de Iezudena, obispo de Barsa, donde se encontró un relato sobre el Venerable Isaac el sirio.
En la usanza griega, a san Isaac se lo conmemora el día 28, del mes de septiembre.
El Venerable Isaac el sirio, obispo de Nínive y contemplador de Dios, a quien el Padre dio abundante gracia, ha sido designado pedagogo de monjes y guía práctica en Cristo de la vida y obra venerables y benditas, con discursos plenos de sabiduría divina y una colección de santas enseñanzas, proporcionando la dulzura de la gracia, conduciendo a la orden monástica hacia la perfección de la virtud.
Por sus intercesiones, Señor Jesucristo, Dios nuestro, ten piedad de nosotros y sálvanos. Amén.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2025). San Isaac el Sirio. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
Orthodox Church in America. (2025). Saint Isaac the Syrian, Bishop of Nineveh. New York, Estados Unidos: OCA.
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