conmemorado el 22 de octubre.
San Abercio, obispo y taumaturgo de Hierópolis vivió en el siglo II en Frigia. La ciudad de Hierópolis estaba habitada por muchos paganos y muy pocos cristianos. El santo oró al Señor por la salvación de sus almas y para que pudieran ser contados entre el rebaño elegido de Dios. Un ángel apareció y ordenó a san Abercio que destruyera los ídolos en el templo pagano. Cumplió el mandato de Dios con celo. Al enterarse de que los idólatras querían asesinarlo, el santo acudió al lugar donde se la gente había reunido y denunció abiertamente los yerros de los paganos. Los paganos intentaron apoderarse del santo.
En ese momento, tres jóvenes poseídos por demonios en la multitud gritaron. La gente quedó estupefacta, porque el santo expulsó a los demonios de sus cuerpos mediante sus oraciones. Al ver a los jóvenes restaurados a la normalidad, la gente de Hierópolis pidió a san Abercio que los instruyera en la fe cristiana, y luego aceptaron el Santo Bautismo.
Después de esto, el santo recorrió las ciudades y pueblos de los alrededores, curando a los enfermos y predicando el Reino de Dios. Con su predicación recorrió Siria, Cilicia, Mesopotamia, visitó Roma y en todas partes convirtió a Cristo a multitudes. Durante muchos años protegió a la Iglesia de los herejes, confirmó a los cristianos en la fe, puso al pródigo en el camino recto, sanó a los enfermos y proclamó la gloria de Cristo. Por sus grandes obras, a san Abercio se lo llama “Igual a los Apóstoles”.
San Abercio regresó a su hogar en Hierópolis, donde pronto descansó de sus labores. Después de su reposo, muchos milagros ocurrieron en su tumba. Escribió su propio epitafio, el cual fue tallado en su lápida, que ahora se encuentra en el Museo de Letrán.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2022). Saint Abercius the Wonderworker, Bishop of Hieropolis, Equal of the Apostles. New York, Estados Unidos: OCA.
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