conmemorada el 5 de abril.
Santa Argirí (gr. Αργυρή, “plata”), la mártir de oro de Cristo, provenía de Bursa (históricamente conocida como Prusa, en el noroeste de Turquía), hija de padres piadosos y concedida un rostro hermoso y el temor de Dios.
Con el tiempo, la bendita doncella se casó. Pero, la recién casada captó la mirada codiciosa de cierto turco del barrio que se enamoró de ella. Él planeó que lo acompañase para cumplir su impía intención. Como no pudo persuadirla, la calumnió ante el juez de Prusa, fingiendo que ella declaró su voluntad de convertirse en musulmana. El juez inmediatamente encarceló a la Santa.
El esposo de Argirí consideró más favorable que el caso fuese transferido al tribunal de Constantinopla. Sin embargo, el acusador de la Santa también apareció allí y la acusó falsamente, manteniendo las mismas acusaciones contra la Mártir. Argirí afirmó que no tenía conocimiento de pronunciar ni una palabra que negara la Fe, y afirmó que era cristiana y que, como cristiana, moriría.
En consecuencia, por orden del juez, azotaron a la Santa y luego la encerraron en prisión. Finalmente, se llevó a cabo una segunda examinación y nuevamente fue azotada, castigada y encarcelada. Éstos eventos ocurrieron repetidamente durante los siguientes diecisiete años. ¡Oh, su valentía!
Incluso dentro de la prisión, la Santa se encontró con constantes problemas e insultos por parte de las reclusas turcas que estaban detenidas por sus acciones criminales. El diablo las incitaba a acosar a Argirí con afrentas y excesivos tormentos. Sin embargo, la siempre memorable resistió todo magnánimamente, por el amor y el anhelo que tenía por su Esposo Cristo.
Cabe preguntarse si quizás ésto fue todo. Además, ella misma sometió su cuerpo al ayuno, soportó todas las pruebas y sufrió penurias al igual que las otras multitudes de mujeres cristianas que también eran prisioneras con la Santa en esa misma cárcel.
El corazón de la bienaventurada Argirí se llenó de inmenso gozo y de tal agradecimiento, que desde que fue encarcelada por su fe en Cristo, estimó toda molestia como comodidad.
Tal fue el caso que cuando el piadoso cristiano, Manolis Kiourtzibasis, un fabricante de redes de pesca, logró que se retirara la acusación en su contra para que pudiera estar en libertad, Argirí no aceptó el indulto, sino que consideró que la prisión era el palacio del rey. Así, encarcelada y encadenada por Cristo, terminó su vida recibiendo la corona imperecedera del martirio el día 5 de abril del año 1725.
Luego, los cristianos tomaron posesión de sus sagradas reliquias y las enterraron en un lugar llamado Haskoy. Al descubrir sus reliquias después de tres años, su cuerpo sagrado fue descubierto íntegro e intacto, emitiendo una fragancia indescriptible. ¡Oh, el milagro!
Los sacerdotes y cristianos la recibieron con gran devoción y la colocaron dentro de la Iglesia de Santa Paraskevi con permiso del entonces Santísimo Patriarca Paisios. Hasta el día de hoy, sus reliquias sagradas existen y son veneradas por patriarcas, arzobispos, personas notables y todos los cristianos ortodoxos, para la gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2024). Santos Nueva Mártir Argyre de Prousa. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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