conmemorada el 5 de febrero.
La Santa Virgen Mártir Agatha era hija de padres cristianos afortunados e insignes de la ciudad de Palermo (antes Panormos) en Sicilia. Durante la persecución bajo el emperador Decio (249-251), el prefecto de la ciudad de Catania, Quintiano, habiendo oído hablar de la riqueza y la belleza de Agatha, envió a sus soldados tras ella para llevarla a juicio como cristiana. En aquel tiempo, la Santa Virgen Agatha tenía quince años de edad.
En Catania alojaron a la Santa Virgen en el hogar de una acaudalada mujer, madre de cinco hijas. Todas intentaron tentar a Santa Agatha con finos atavíos, diversiones y entretenimientos, instándola a ofrecer sacrificios a los dioses paganos, pero la Santa desdeñó todas éstas cosas. Cuanto más intentaban conmoverla, su determinación crecía en firmeza. Oró para ser capaz de enfrentar pronto el martirio.
Durante su interrogatorio bajo Quintiano, la Santa Mártir no se dejó influenciar ni por los halagos ni por las amenazas, y fue sometida a crueles tormentos. También intentaron cercenar sus senos con tenazas de metal y, cuando ésto fracasó, utilizaron cuchillos.
El Santo Apóstol Pedro se apareció ante ella en la cárcel y curó sus heridas. Santa Agatha fue conducida a la tortura una vez más, y Quintiano quedó asombrado al verla completamente curada, sin rastro de corte. Entonces el tormento comenzó de nueva cuenta.
En ese momento se produjo un terremoto en la ciudad y muchos edificios fueron destruidos. Entre los muertos se encontraban dos de los asesores de Quintiano. Los aterrorizados habitantes corrieron hacia Quintiano, exigiendo poner fin al tormento de la Santa Virgen Agatha. Temiendo una revuelta del pueblo, Quintiano envió a Santa Agatha de nuevo a prisión. Allí, la Santa Mártir, en acción de gracias a Dios, entregó pacíficamente su alma al Señor.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Martyr Agatha of Palermo in S. New York, Estados Unidos: OCA.
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