conmemoradas el 10 de septiembre.
Las Santas Vírgenes Mártires Menodora, Metrodora y Nimfodora y (305-311), eran hermanas de Bitinia (Asia Menor). Distinguidas por su especial piedad, deseaban preservar su virginidad y evitar las asociaciones mundanas. Eligieron un lugar solitario en el desierto y dedicaron sus vidas al ayuno y la oración.
Pronto se difundieron rumores sobre la vida santa de las Vírgenes, ya que, a través de sus oraciones, comenzaron a producirse curaciones de aquellos afligidos por la enfermedad. La región de Bitinia estaba gobernada en aquel tiempo por un hombre de nombre Frontono, quien ordenó que aprehendieran a las hermanas y las llevaran ante él.
Al principio trató de persuadirlas a renunciar a Cristo, prometiéndoles grandes honores y recompensas. Pero las Santas hermanas confesaron firmemente su fe ante él, rechazando sus incitaciones. Respondieron que no valoraban las cosas temporales de éste mundo y que estaban dispuestas a morir por su Esposo celestial, porque la muerte sería su puerta de entrada a la vida eterna.
Enfurecido, el gobernador descargó su ira contra Santa Menodora, la hermana mayor. Cuatro hombres la desnudaron y la azotaron, mientras un heraldo la instaba a ofrecer sacrificios a los dioses. La Santa soportó valientemente los tormentos y gritó: “¿Sacrificio? ¿No ves que me ofrezco en sacrificio a mi Dios? Luego avivaron sus tormentos con mayor severidad aún. Entonces la Santa Mártir gritó: “Señor Jesucristo, gozo de mi corazón, esperanza mía, recibe en paz mi alma”. Con éstas palabras entregó su alma a Dios y se dirigió a su Esposo Celestial.
Pasados cuatro días, condujeron a la corte a las dos hermanas menores, Metrodora y Nimfodora. Las mostraron el cuerpo maltratado de su hermana mayor para atemorizarlas. Las vírgenes lloraron por ella, pero permanecieron firmes.
Luego Santa Metrodora fue torturada. Murió clamando a su amado Señor Jesucristo con su último aliento. Luego se lanzaron sobre la tercera hermana, Nimfodora. Ante ella yacían los cuerpos magullados de sus hermanas. Frontono esperaba que ésta visión intimidara a la joven virgen.
Fingiendo estar encantado por su juventud y belleza, la instó a adorar a los dioses paganos, prometiéndole grandes recompensas y honores. Santa Nimfodora se mofó de sus palabras y compartió el destino de sus hermanas mayores. Fue azotada con barras de hierro hasta entregar su alma al Señor.
Los cuerpos de las Santas Mártires debían ser quemados en el fuego, pero una fuerte lluvia apagó el fuego abrasador y un rayo cayó sobre Frontono y su sirviente. Los cristianos recogieron los cuerpos de las santas hermanas y los enterraron con reverencia en las llamadas fuentes cálidas de Pythias (Bitinia).
Parte de las reliquias de las Santas Vírgenes Mártires se conservan en el Monte Athos, en la Catedral de la Protección del Monasterio ruso de San Pantaleón, y la mano de Santa Metrodora se encuentra en la Montaña Sagrada, en el monasterio del Pantocrátor.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Martyrs Menodora, Metrodora and Nymphodora at Nicomedia. New York, Estados Unidos: OCA.
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