conmemorado el 1° de octubre.
Santo Ananías, Apóstol de los Setenta (1 de octubre), fue el primer obispo de Damasco. El Señor le ordenó restaurar la vista de Saulo, el antiguo perseguidor de los cristianos, y luego bautizarlo (Hch 9:10-19, 22:12). Saulo se convirtió en el gran predicador y Apóstol Pablo. San Ananías confesó la fe en Cristo abierta y valerosamente ante judíos y paganos, a pesar del peligro.
Partió de Damasco para predicar en Eleutheropolis, donde sanó de la enfermedad a un sinnúmero de pobladores. Luciano, el prefecto de la ciudad, trató de persuadir al santo para que ofreciera sacrificio a los ídolos. Por razón de la inamovible y resuelta confesión de Cristo de parte de Ananías, Luciano ordenó que fuera torturado. Los tormentos no bastaron para descarrilar el testimonio de la Verdad. Luego, los verdugos lo llevaron fuera de la ciudad, donde lo apedrearon. El santo oró por quienes le dieron muerte. Sus reliquias fueron luego trasladadas a la ciudad de Constantinopla.
REFERENCIAS
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