conmemorado el 06 de octubre.
El Santo Apóstol Tomás nació en la ciudad galilea de Pansada y fue pescador. Al oír la Buena Nueva de nuestro Señor Jesús Cristo, lo dejó todo y lo siguió. El Apóstol Tomás se cuenta entre los Doce Santos Apóstoles del Salvador.
Según la Sagrada Escritura, el Santo Apóstol Tomás no creyó los relatos de los otros discípulos sobre la resurrección de Jesucristo: “Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré” (Jn 20:25).
Al octavo día después de la Resurrección, el Señor se apareció ante el Santo Apóstol Tomás y lo mostró sus llagas. “Señor mío y Dios mío”, clamó el Apóstol (Jn 20:28). “Tomás, siendo en un tiempo más débil en la fe que los demás apóstoles”, dice San Juan Crisóstomo, “trabajó por la gracia de Dios con más valentía, celo y perseverancia que todos ellos, de modo que fue predicando por casi toda la tierra, sin temor, proclamando la Palabra de Dios a las naciones”.
Algunos íconos que representan el evento antedicho exhiben la inscripción “El incrédulo Tomás”. Ésto es incorrecto. En griego, la inscripción dice: “El tocamiento de Tomás”. En eslavo: “La creencia de Tomás”. Cuando Santo Tomás tocó el costado vivificante del Señor no guardó más dudas.
Según la tradición de la Iglesia, el Santo Apóstol Tomás fundó iglesias cristianas en Palestina, Mesopotamia, Parthia, Etiopía y la India. La predicación del Evangelio le valió la muerte como mártir. Por haber convertido a la esposa y al hijo del prefecto de la ciudad india de Meliapor, el Santo Apóstol fue encerrado en prisión, sufrió tormentos y finalmente, traspasado con cinco lanzas, partió hacia el Señor. Una porción de las reliquias del Santo Apóstol Tomás se encuentra en la India, Hungría y el Monte Athos. El nombre del apóstol Tomás está asociado con el icono árabe (o Arapet) de la Madre de Dios (6 de septiembre).
REFERENCIAS
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