conmemorados el 19 de agosto.
El Santo Mártir Andrés Stratelates fue un comandante militar del ejército romano durante el reinado del emperador Maximiano (284-305). Lo amaban en el ejército romano por su valentía, invencibilidad y sentido de la justicia. Cuando un gran ejército persa invadió los territorios sirios, el gobernador Antíoco confió a san Andrés el mando del ejército romano, otorgándolo el título de “Stratelates” (“Comandante”). San Andrés apartó un pequeño destacamento de valientes soldados y procedió contra el adversario.
Sus soldados eran paganos, y el mismo san Andrés aún no había aceptado el Bautismo, pero creía en Jesucristo. Antes del conflicto, convenció a los soldados de que los dioses paganos eran demonios y no podían ayudarlos en la batalla. Proclamó a Jesucristo, el Dios Todopoderoso del Cielo y de la tierra, que socorre a todos los que creen en él.
Los soldados fueron a la batalla, pidiendo la ayuda del Salvador. El pequeño destacamento derrotó a la numerosa hueste de los persas. San Andrés volvió de la campaña en gloria, habiendo obtenido una victoria total, pero hombres celosos lo denunciaron al gobernador Antíoco, diciendo que era un cristiano que había convertido a su fe a los soldados bajo su mando.
San Andrés fue llamado a juicio y allí declaró su fe en Cristo. Por ello lo sometieron al tormento. Lo recostaron sobre un lecho de cobre al rojo vivo, pero tan pronto como buscó la ayuda del Señor, la cama se enfrió. Crucificaron a sus soldados en los árboles, pero ninguno de ellos renunció a Cristo. Encerrando a los Santos en prisión, Antíoco envió el informe de los cargos al emperador, incapaz de decidir si había de imponer la sentencia de muerte al aclamado campeón. El emperador sabía cuánto amaba el ejército a san Andrés, y temiendo una rebelión, dio orden de liberar a los Mártires. En secreto, sin embargo, ordenó que cada uno fuera ejecutado con algún pretexto.
Después de ser liberado, san Andrés se dirigió a la ciudad de Tarso con sus compañeros de armas. Allí los bautizaron el obispo local Pedro y el obispo Nonos de Berea. Luego los soldados se dirigieron a las inmediaciones de Taxanata. Antíoco escribió una carta a Seleuco, gobernador de la región de Cilicia, ordenándole que alcanzara a la compañía de san Andrés y los ejecutara, bajo el pretexto de que habían desertado de sus estandartes militares.
Seleuco se encontró con los mártires en los pasos del monte Tauros, donde evidentemente pronto sufrirían. San Andrés, llamando a los soldados sus hermanos e hijos, les exhortó a no temer a la muerte. Oró por todos los que honrarían su memoria y pidió al Señor que creara un manantial curativo en el sitio donde se derramaría su sangre.
En el momento de ésta oración, los impávidos Mártires fueron decapitados con espadas. Durante dicho tiempo, un manantial de agua brotó de la tierra. Los obispos Pedro y Nonos, con su clero, siguieron en secreto a la compañía de san Andrés y enterraron sus cuerpos. Uno de los clérigos, que sufría durante mucho tiempo de un espíritu maligno, bebió del manantial de agua, y de inmediato se curó. Noticias de ésto se extendieron entre la gente local y comenzaron a llegar al manantial. A través de las oraciones de san Andrés y de los 2, 593 Mártires que sufrieron con él, recibieron la ayuda agraciada de Dios.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Martyr Andrew Stratelates and 2593 Soldiers with Him in Cilicia. New York, Estados Unidos: OCA.
Yorumlar