conmemorado el 17 de junio.
San Nectán nació en Gales y vivió en el siglo VI, pero pocos detalles se conocen sobre su vida. Era el mayor de los veinticuatro hijos de san Brychan de Brecknock (6 de abril). Mientras aún vivía en Gales, Dios lo inspiró a imitar obra y ejemplo del Venerable, Teóforo y Santo Antonio el Grande (17 de enero) y otros ascetas, y a abrazar la vida monástica.
Buscando una mayor soledad, san Nectán y sus compañeros abandonaron Gales con la intención de establecerse dondequiera que su nave atracara. La Divina Providencia los llevó a la costa norte de Devonshire, en Hartland, donde vivieron durante varios años en un denso bosque. Allí la familia del Santo lo visitaba el último día del año. Más tarde, se mudó a un remoto valle con un manantial.
Una vez, san Nectán encontró un cerdo extraviado y lo devolvió a su dueño, el cual, en agradecimiento, donó a san Nectán dos vacas. El Santo aceptó la dádiva, pero pronto dos ladrones hurtaron las vacas. San Nectán encontró a los ladrones que se habían llevado los animales y trató de predicarles acerca de Cristo. Se enfadaron y cortaron su cabeza. Luego el Santo tomó su cabeza y la llevó por poco más de un kilómetro, colocándola cerca del manantial junto a su celda. Al ver ésto, el hombre que asesinó a san Nectán perdió la razón, pero el otro ladrón enterró al Santo. A partir de entonces comenzaron a ocurrir milagros en la tumba de san Nectán.
En el año 937, en vísperas de la batalla de Brunanburgh, un joven del poblado de Hartland que se encontraba en una tienda de campaña cerca del pabellón del rey Athelstan de pronto se sintió afectado por la peste que entonces asolaba al ejército inglés. El joven lloró y pidió ayuda a Dios y a san Nectán. Sus gritos fueron tan fuertes que despertaron al rey y a otros a su alrededor.
San Nectán se aproximó al joven poco después de la medianoche y tocó la zona afligida de su cuerpo, sanándolo. Por la mañana lo llevaron ante el rey y admitió que había sido él quien había perturbado el sueño del rey Athelstan. Éste preguntó amablemente por qué había estado llorando durante la noche.
El joven explicó que se sentía afectado por la peste y temía morir. Por lo tanto, suplicó a Dios y a san Nectán que lo ayudaran, y su oración fue respondida.
El rey Athelstan pidió más información sobre la vida y martirio de san Nectán, que el joven le proporcionó. También instó al rey a recurrir con fe a san Nectán, prometiéndolo que saldría victorioso en la batalla si lo hacía.
El rey prometió honrar a Dios y a san Nectán, y así su fe fue recompensada. No sólo triunfó en la batalla, sino que la plaga desapareció y sus soldados se recuperaron. La primera vez que el rey Athelstan visitó Hartland en Devonshire, donó propiedades a la iglesia del Santo. Durante el resto de su vida, el rey depositó gran confianza en la intercesión de san Nectán.
San Nectán es el Santo Patrono de Hartland, Devonshire. La Vida más acabada que se conserva data del siglo XII (véase el Vol. 5 de The Saints of Cornwall de G. H. Doble para una traducción al inglés).
Hay una capilla de casa ortodoxa (diócesis rusa de Sourozh) dedicada a san Simeón y santa Ana en Combe Martin, North Devon, donde se venera a san Nectán.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Martyr Nectan of Hartland. New York, Estados Unidos: OCA.
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