conmemorado el 11 de agosto.
El Santo Mártir y Archidiácono Euplo sufrió en el año 304, tiempo de los emperadores Diocleciano (284-305) y Maximiano (305-311). Sirvió en la ciudad siciliana de Catania. Llevando siempre consigo el Evangelio, san Euplo predicaba constantemente a los paganos acerca de Cristo.
Una vez, mientras leía y explicaba el Evangelio a la multitud reunida, lo arrestaron y lo llevaron ante el gobernador de la ciudad, Calvisiano. San Euplo se confesó cristiano y denunció la impiedad de la idolatría. Por tal razón lo sentenciaron al tormento.
Arrojaron al herido Santo a prisión, donde permaneció en oración durante siete días. El Señor hizo brotar un manantial de agua en la prisión para que el Mártir calmara su sed. Llevado a juicio por segunda vez, fortalecido y gozoso, confesó una vez más su fe en Cristo y denunció al torturador por derramar la sangre de cristianos inocentes.
El juez ordenó que arrancaran sus orejas y lo decapitaran. Cuando condujeron al Santo a la ejecución, colgaron el Evangelio a su cuello. Habiendo pedido tiempo para orar, el Archidiácono comenzó a leer y explicar el Evangelio a la gente, y muchos de los paganos creyeron en Cristo. Los soldados decapitaron al Santo con una espada.
Sus santas reliquias se encuentran en el pueblo de Vico della Batonia, cerca de Nápoles.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Martyr and Archdeacon Euplus of Catania. New York, Estados Unidos: OCA.
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