conmemorado el 21 de junio.
El Santo Nuevo Mártir Nicetas (gr. Νικήτας) nació en la ciudad de Mandraki en la isla egea de Nísiros (gr. Νίσυρος), y su padre era uno de los líderes de la ciudad. El padre había cometido un delito por el que fue arrestado y juzgado por los musulmanes. Temiendo ser ejecutado, decidió salvar su vida convirtiéndose al islam junto con su familia. Nicetas, que era demasiado joven para comprender el significado de tal conversión, recibió el nombre Mehmed. Los cristianos de Nísiros los despreciaron por negar a Cristo, por lo que la familia tuvo que trasladarse a la isla de Rodas.
Un día, Nicetas peleó con un niño musulmán con el que estaba jugando. Cuando la madre del niño se enteró, comenzó a gritarle a Nicetas y lo llamó infiel. Desconcertado por esto, Nicetas preguntó a su madre qué significaba. Ella ignoró sus preguntas, pero Nicetas fue persistente en sus intentos de descubrir la verdad. Al final su madre cedió y le contó cómo se habían convertido en musulmanes. Luego deseó saber cuál era el nombre que había recibido en su Bautismo. Cuando conoció que dicho nombre era Nicetas, decidió volver a su fe ancestral y esperó una oportunidad para escapar de la isla.
Nicetas tomó un barco hacia la isla de Quíos y desembarcó en el puerto de Lithe. Caminó sin saber a dónde se dirigía y pronto llegó al Monasterio bizantino Néa Moní (gr. “Νέα Μονή”, que quiere decir «Monasterio nuevo»). Allí contó su historia al Higúmeno y le pidió algún consejo sobre su salvación. El Higúmeno le dijo que visitara a Makarios, el ex metropolitano de Corinto, (el cual no debe confundirse con san Makarios de Corinto, conmemorado el día 17 del mes de abril, y que viviera entre los años 1731 y 1805) que vivía en la isla como asceta en ese momento. Cuando Makarios escuchó su Confesión, fue recibido nuevamente en la Iglesia a través del Santo Crisma y también recibió guía espiritual.
Nicetas decidió permanecer en el Monasterio de Néa Moní, donde comenzó a vivir una vida ascética. Deseando emprender luchas aún mayores, Nicetas cambió su morada a la Cueva de los Santos Padres, cerca del Monasterio. Allí conoció al asceta Antimo. Conoció que un cristiano que ha negado a Cristo debe regresar al sitio de su negación y confesar su fe en Jesucristo, rechazar el islam y sufrir el martirio. Nicetas se regocijó cuando escuchó ésto y luego regresó al Monasterio, donde les contó a los Padres su deseo. Al ver su determinación, cantaron el Canon de Súplica a la Santísima Madre de Dios (Paráclesis), y recibió una bendición para llevar a efecto su intención.
Cuando el joven llegó al puerto de Chora en Quíos, fue arrestado por un recaudador de impuestos musulmán de Crimea, porque no tenía pruebas de haber pagado el impuesto por cabeza, que se exigía a todos los cristianos ortodoxos en el Imperio Otomano. Mientras lo conducían a prisión, el recaudador de impuestos se detuvo en un lugar llamado Bounaki, donde buscó a otros evasores de impuestos. En ese momento, un sacerdote llamado Daniel, que conocía a Nicetas, pasó por allí y lo llamó usando su nombre musulmán Mehmed. Cuando preguntó a Nicetas por qué lo detenían, le dijeron que era porque no pagaba el impuesto por cabeza. Entonces el padre Daniel gritó: “¡Aquí hay algo nuevo! ¿Están ahora los musulmanes obligados a pagar el impuesto por cabeza?”.
Cuando Nicetas le explicó que era un cristiano llamado Nicetas, el musulmán de Crimea escuchó su conversación y fue a investigar. Luego llevaron a Nicetas ante el juez turco y lo interrogaron. Nicetas admitió ante el juez que había sido musulmán y estaba circuncidado, pero luego decidió volver a la fe cristiana, la verdadera fe. Asimismo, que deseaba ser llamado por su nombre Bautismal Nicetas. Por lo tanto, el juez ordenó que Nicetas fuera encarcelado y torturado durante diez días para que recuperara el sentido y regresara al islam. Nicetas se mantuvo firme y no sintió temor, a pesar de que lo maldijeron y azotaron sin piedad. Lo trajeron alimento para comer, pero él decidió no tomarlo, diciendo: “Yo tengo una comida que comer, que ustedes no conocen, y me regocijo con un gozo que ustedes no pueden experimentar”. Lo introdujeron en un establo para que los caballos salvajes lo pisotearan, mas cuando se descubrió que estaba ileso, lo devolvieron a la prisión.
Pasados diez días, los turcos reconocieron que Nicetas no tenía ningún deseo de regresar al islam y que su fe cristiana ortodoxa era aún más firme. Lo condujeron a las afueras de la ciudad, a Metochion (Dependencia) del Monasterio Athonita de Iviron. Una vez más, los verdugos lo instaron a convertirse nuevamente en musulmán y así escapar de la muerte. Nicetas respondió: “Soy cristiano; mi nombre es Nicetas y moriré como Nicetas”.
Los verdugos hicieron a Nicetas arrodillarse varias veces, tratando de atemorizarlo, pero él les dijo: “¿Por qué se demoran? Mátenme rápidamente para que pueda disfrutar de las bienaventuranzas del Paraíso”. El verdugo golpeó repetidamente su cuello con la espada para causarle mayor dolor. Después de varios golpes, Nicetas, de diecisiete años, fue decapitado y recibió la corona del martirio el día 21 del mes de junio del año 1732. Los cristianos humedecían paños en su sangre, y, cuando se ungía sobre los ojos de los ciegos, éstos recuperaban la vista. Aunque los turcos arrojaron tierra sobre su cuerpo para deshonrarlo, el cuerpo permanecería limpio por largos días. Para impedir que los cristianos se apoderaran de sus sagradas reliquias, éstas fueron arrojadas al mar.
La cabeza de san Nicetas se conservó en una caja con tapa de vidrio en el Monasterio de San Marcos Evangelista en Quíos. Se cree que los cristianos sobornaron a los guardias o robaron la cabeza. Al día siguiente, cuando las reliquias del Santo fueron arrojadas al mar, los guardias, esperando evitar el castigo, no se molestaron en informar a las autoridades que la cabeza había desaparecido. Posteriormente, el cráneo fue entregado a san Partenio de Quíos (8 de diciembre), quien fundó el Monasterio. No se mencionó dónde estaba la sagrada reliquia, para que los monjes no fueran castigados por tenerla.
Las santas reliquias del Santo Nuevo Mártir Nicetas se encuentran en la iglesia que lleva su nombre en Nísiros. Su cabeza se conserva en el monasterio de Iviron en el Monte Athos.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). New Martyr Niketas of Nisyros, Near Rhodes. New York, Estados Unidos: OCA.
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