conmemorados el 1° de noviembre.
Los Santos Taumaturgos y Médicos Anárgiros Cosme y Damián y su madre santa Teodota eran oriundos de Asia Menor (ciertas fuentes apuntan a Mesopotamia). Su padre pagano falleció cuando todavía eran niños muy pequeños. Su madre los crio en la piedad cristiana. A través de su propio ejemplo, junto con la lectura de libros sagrados, santa Teodota preservó a sus hijos en la pureza de vida según el mandato del Señor; al fin, Cosme y Damián se convirtieron en hombres justos y virtuosos.
Formados y capacitados como médicos, recibieron del Espíritu Santo el don de curar las enfermedades del cuerpo y del alma de las personas mediante el poder de la oración. Incluso trataron a los animales. Con devoto amor a Dios y al prójimo, nunca cobraron por sus servicios (de ahí el título “anárgiros”). Observaron fielmente el mandato de nuestro Señor Jesucristo: “De gracia recibisteis, dad de gracia” (Mt 10:8). La fama de los santos Cosme y Damián se extendió por toda la región vecina, y el pueblo los llamaba médicos anárgiros.
Una vez, los santos fueron convocados ante una mujer gravemente enferma llamada Palladia, a quien todo médico se había negado a tratar por razón de su condición aparentemente irremediable. Mediante la fe y por la oración devota de los santos hermanos, el Señor curó el mortal mal y Palladia se levantó del lecho perfectamente sana y dando gracias a Dios. En agradecimiento por haber sido sanada y deseando darles un pequeño regalo, Palladia fue en silencio a Damián. Ella le presentó tres huevos y dijo: “Toma este pequeño regalo en el Nombre de la Santa Trinidad Creadora de Vida, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. Al escuchar el Nombre de la Santísima Trinidad, el santo anárgiro no se atrevió a negarse.
Cuando san Cosme se enteró de lo sucedido, se entristeció, pues pensó que su hermano había roto su estricto voto. En su lecho de muerte dio instrucciones de que su hermano no fuera enterrado junto a él. San Damián también murió poco después, y todos se preguntaban dónde debería estar la tumba de san Damián. Pero por la voluntad de Dios ocurrió un milagro. Un camello, que los santos habían tratado por su desenfreno, habló con voz humana diciendo que no dudaran en poner a Damián al lado de Cosme, porque Damián no aceptó los huevos de la mujer como pago, sino porque aquella los había donado en el Nombre de la Trinidad Santísima. Así pues, las venerables reliquias de los santos hermanos anárgiros fueron enterradas juntas en Teremán (Mesopotamia).
Innumerables milagros se realizaron después del descanso de los santos anárgiros. En Teremán, cerca de la iglesia de Cosme y Damián, vivía cierto hombre llamado Malchus. Un día se fue de viaje, dejando sola a su esposa por lo que sería un largo periodo. En oración, la encomendó a la protección celestial de los santos hermanos. Pero el Enemigo de la humanidad tomó la apariencia de uno de los amigos de Malchus y planeó asesinar a la mujer. Pasó cierto tiempo, y este hombre fue a su casa y le dijo que Malchus lo había enviado para que llevarla ante él. La mujer creyó y siguió sus pasos. La condujo a un lugar solitario con la intención de asesinarla. La mujer, advirtiendo el inminente final, invocó a Dios con profunda fe.
Entonces aparecieron dos imponentes hombres, y el diablo soltó a la mujer y huyó, precipitándose por un acantilado. Los dos hombres llevaron a la mujer a casa. En su propia casa, inclinándose profundamente ante ellos, preguntó: “Mis salvadores, a quienes estaré agradecida hasta el final de mis días, ¿cuáles son sus nombres?”.
Ellos respondieron: “Somos los siervos de Cristo, Cosme y Damián”, y se hicieron invisibles. La mujer con temblor y contento relató a todos lo que había ocurrido. Glorificando a Dios, se acercó al icono de los santos hermanos y entre lágrimas ofreció oraciones de acción de gracias por su liberación. Y desde entonces los santos hermanos fueron venerados como protectores de la santidad e inviolabilidad del matrimonio cristiano, y como dadores de armonía a la vida conyugal. Desde la antigüedad, su veneración se extendió también a Rusia.
Los santos anárgiros Cosme y Damián de Asia Menor no deben confundirse con los santos anárgiros Cosme y Damián de Roma (1 de julio) ni tampoco con los santos anárgiros Cosme y Damián de Arabia (17 de octubre).
REFERENCIAS
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