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SANTOS DIONISIO EL RÉTOR Y METRÓFANES EL STÁRETS

conmemorados el 09 de julio.


El Pequeño Skḗtē de Santa Ana es una dependencia del Gran Skḗtē de Santa Ana, y está situado entre Santa Ana y Katounákia, en una ladera rocosa con escasa vegetación, debido al suelo rocoso. Consta de diez kalyves (celdas reunidas en torno a una iglesia), dos de las cuales no tienen templo.

Según los testimonios escritos y la Tradición, la vida en la Pequeña Skḗtē de Santa Ana (gr. Μικραγιάννα) comenzó con el asentamiento de sus primeros habitantes y ascetas conocidos: las grandes luminarias y padres espirituales, los Santos Dionisio el Rétor y su discípulo san Metrófanes. Ambos Santos provenían de una dependencia del Monasterio Studion en Constantinopla y buscaban un sitio tranquilo y remoto para vivir. Después de pasar por Karyes y Santa Ana, arribaron a un sitio que entonces se llamaba Skḗtē de la Lavra.

San Dionisio fue tonsurado en el renombrado Monasterio Studion en Constantinopla, donde él y san Metrófanes residían. Deseando una vida de oración y soledad más profundas, los Santos abandonaron el Monasterio de su arrepentimiento y viajaron a la península del Monte Athos, estableciéndose en una celda cerca de Karyes a finales del siglo XV o principios del XVI. Allí se dedicaron a la oración, el ayuno y la vigilancia.

San Dionisio era conocido por su virtud y sabiduría, y muchos discípulos se sintieron atraídos por él. Formar a otros en la vida monástica lo dejó con poco tiempo para su propia lucha espiritual, y con tal multitud a su alrededor, su alma no estaba en paz. Por lo tanto, san Dionisio y san Metrófanes se adentraron en el desierto del Monte Athos en busca de una soledad aún mayor. En algún lugar entre Santa Ana y Katounákia, encontraron una cueva y la establecieron como su morada. Éste sería el futuro sitio de la Pequeña Skḗtē de Santa Ana, y fueron los primeros en establecerse en tal lugar. En la pequeña y humilde cueva vivían una vida piadosa semejante a la de los ángeles.

En sus luchas espirituales contendieron contra la necesidad de alimento del estómago y la necesidad del cuerpo de dormir. No sólo restringieron los tipos de alimentos que consumían, sino también la cantidad que tomaban en cada tiempo. Al acortar su tiempo para dormir, pudieron dedicarse más al arrepentimiento y la oración.

San Dionisio fue honrado con el cargo de Rétor por la Gran Iglesia de Constantinopla, y tanto él como san Metrófanes fueron estimados como hombres eruditos. Sin embargo, alcanzaron una sabiduría aún mayor gracias a la verdadera filosofía de la vida monástica, que ha sido llamada “vida según el Evangelio”. Hicieron tal progreso en la ella, sobresaliendo en virtud y santidad, que se convirtieron en maestros de no pocos Santos Ascetas, ofreciéndolos auxilio, aliento y amparo.

Al abajarse, los Santos Dionisio y Metrófanes fueron exaltados por Dios, adquiriendo los más ricos dones espirituales y la gracia del Espíritu Santo. Así como nadie enciende una vela y luego la tapa, o la pone debajo de la cama, “sino que la pone sobre el candelero, para que los que entren vean la luz” (Lc 8:16), así el Señor no permitió que la virtud de éstos Santos permaneciera oculta. La luz de su vida santa brilló de tal manera ante los hombres que quienes la contemplaron glorificaron a Dios (Mt 5:16). Como la mayoría de las lámparas luminosas, éstos Santos brillaban en la Montaña Sagrada con el resplandor de su santidad.

Con san Dionisio como su Anciano, san Metrófanes se destacó como discípulo suyo. Más tarde, con la bendición de los Padres Athonitas, y de su Anciano san Dionisio, se pidió a san Metrófanes que abandonara el Monte Athos por un tiempo para predicar la Palabra de Dios en los pueblos vecinos de Halkidiki. Igualmente era un padre espiritual, escuchaba confesiones y ministraba a su rebaño en el país ocupado por los turcos.

Después de cumplir esta obediencia, san a san Metrófanes retornó a la Montaña Sagrada. y también dio a conocer una célebre visión del Infierno y el Paraíso, que tuvo cierto hombre llamado Demḗtrios de Stratonίkē.

San Dionisio fue un excelente calígrafo y escritor, y sus libros se pueden encontrar en la Gran Lavra y en otros monasterios, así como en el Skḗtē de Santa Ana. En la biblioteca de la Skḗtē se conserva un libro manuscrito con la firma del Venerable Dionisio. El título es “Kouvaras”, que es una guía sobre cómo beneficiar e instruir a los hermanos. San Dionisio describe el arte de la vigilancia interior y la oración noética, disciplinas que él mismo dominaba. También tradujo muchos escritos de los Santos Padres a una forma más sencilla de griego para que la gente corriente pudiera entenderlos. En los tiempos modernos, algunos de ellos han sido impresos en publicaciones teológicas griegas, pero muchos de sus escritos permanecen inéditos.

San Dionisio era admirado por muchos y su reposo se consideraba algo especial en los códices de los Monasterios de Dionysiou y Docheiariou. Ambas luminarias vivieron vidas piadosas y ascéticas. San Dionisio durmió pacíficamente en el Señor el día 9 del mes de julio del año 1606, aunque otros manuscritos fechan su reposo el 6 de octubre de 1596 o 1602. San Metrófanes partió hacia el Señor poco después.

Según el siempre memorable Padre Gerásimos de la Pequeña Skḗtē de Santa Ana, himnógrafo de la Gran Iglesia del siglo XX, que compusiera más de dos mil servicios (incluido el Servicio en honor de San Dionisio y San Metrófanes), el Hieromonje Dionisio durmió en el Señor el 6 de octubre de 1606, y poco después reposó su Santo discípulo Metrófanes.

En la Pequeña Skḗtē de Santa Ana, así san Dionisio como san Pequeña son conmemorados juntos el 9 de julio con una celebración solemne en la cueva donde una vez hubo un templo, además de su celda. Prueba de su presencia es un aguamanil preservado de su templo.

El Anciano Gerásimos y sus piadosos acompañantes asearon la cueva en la que los Santos Dionisio y Metrófanes habían pasado su vida ascética con gran empeño; en una ocasión, los predichos Santos se aparecieron ante ellos, concediéndolos una revelación. Construyeron una iglesia dedicada a ambos Santos. Una extensión de roca hace las veces de techumbre de la iglesia. De cierto lugar gotea constantemente agua que los padres recogen y dan a los devotos peregrinos como agua bendita para su santificación.

Según la tradición, san Dionisio el Rétor aparece representado de pie, erguido, con frente amplia, y una barba rectangular.



REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2024). Saint Dionysios the Rhetorician and His Disciple Saint Metrophanes. New York, Estados Unidos: OCA.

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