conmemorados el 23 de septiembre.
Los Santos Mártires Andrés, Juan y los hijos de éste: Antonino y Pedro, sufrieron en el siglo IX en el tiempo del cruel gobernante africano Ibrahim. Después de la caída y devastación de la ciudad siciliana de Siracusa, Ibrahim capturó y condujo a África a san Juan y a sus dos hijos, Pedro y Antonino, a quienes obligó a estudiar la lengua y las ciencias árabes.
Cuando los jóvenes crecieron, el príncipe Ibrahim se encariñó tanto con ellos por su sabiduría y vida virtuosa, que nombró a Antonino su pariente y a Pedro como su administrador principal. Sin embargo, cuando conoció que los jóvenes confesaban en secreto su fe en Cristo, Ibrahim encolerizó y ordenó que los ataran con grilletes de hierro y los azotaran con varas con nudos.
Después de un prolongado azotamiento, montaron a san Antonino sobre un burro, lo ataron con correas y luego lo condujeron por la ciudad, golpeándolo e injuriándolo. El Mártir soportó todo insulto y dio gracias a Dios. San Pedro fue arrojado a prisión tras ser brutalmente golpeado con varas.
Se dio orden de aprehender a Juan, el padre de los Santos Mártires. El brutal Ibrahim lo tomó por el cuello con la mano izquierda y con la derecha clavó un cuchillo en su garganta. Arrojaron el cuerpo del padre, junto con los cuerpos de sus hijos, a una gran hoguera.
En cuanto a san Andrés, el atormentador lo extenuó de hambre y luego atravesó su pecho con una lanza. Cuando el Mártir comenzó a dar gracias a Dios en oración, Ibrahim lo atravesó por segunda vez. Mientras yacía exangüe, decapitaron al justo Mártir con una espada.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Martyrs Andrew, John and John’s Children: Peter and Antonius of Syracuse. New York, Estados Unidos: OCA.
Comments