conmemorados el 5 de abril.
Los Santos Mártires Claudio, Diodoro, Nicéforo, Papías, Serapión, Víctor y Victorino procedían de Corinto y vivieron durante el reinado del emperador Decio (249-251). Fueron arrestados por su confesión de Cristo en el año 249 y fueron llevados ante Tercio el procónsul, quien tenía autoridad sobre Morea (actual Peloponeso). Después de ser torturados, pasaron a Egipto, aunque no sabemos si la sentencia comprendía ese destierro, y completaron su martirio en Dióspolis, capital de la Tebaida, bajo el gobernador Sabino, en el reinado de Numeriano.
Los Santos Victorino, Víctor y Nicéforo fueron condenados a perecer despedazados en un mortero de mármol. Los verdugos comenzaron por destrozarle los pies y las piernas a Victorino, diciéndole a cada golpe: «¡Sálvate! Todavía puedes escapar de la muerte si renuncias a tu nuevo Dios».
Pero el gobernador, viendo la constancia de Victorino, perdió la paciencia y ordenó que lo descuartizaran. Víctor, a quien se amenazó con idéntico martirio, ardía en deseos de que la sentencia se ejecutase inmediatamente; señalando el mortero de piedra dijo a los verdugos: «La salvación y la felicidad me esperan allí». Los verdugos lo destrozaron sin dilación.
El tercero de los mártires, Nicéforo, saltó por su propio pie al mismo pozo de destrucción; el juez, a quien molestó tal audacia, ordenó a los verdugos que acabaran con él a golpes.
Al Santo Claudio le cortaron las manos, los pies, y luego los brazos y las piernas, llegando a su fin. El gobernador, señalando los miembros y los huesos del mártir que yacían por tierra, dijo a los otros tres confesores de la fe, Diodoro, Serapión y Papías: «En vuestras manos está vuestra suerte; yo no os obligo a sufrir».
Los mártires respondieron unánimemente: «Antes que renunciar a nuestra fe, estamos dispuestos a sufrir los más crueles tormentos que puedas imaginar. Jamás traicionaremos la fidelidad que debemos a Dios, ni renegaremos de Jesucristo nuestro Salvador, que es nuestro Dios y Creador, por el que nuestras almas suspiran». Entonces el tirano condenó a Diodoro a ser quemado vivo en un horno de fuego y Serapión fue decapitado por la espada. Papías fue arrojado al mar con una piedra atada al cuello.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2023). Santos Mártires Victorino, Víctor, Nicéforo, Claudio, Diodoro, Serapión y Papías. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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