conmemorados el 16 de febrero.
Los Santos Mártires Pánfilo el presbítero, Valencio el diácono, Pablo, Porfirio, Seleuco, Teodolo, Julián, Samuel, Elías, Daniel, Jeremías e Isaías padecieron el martirio durante el reinado del emperador Diocleciano (284-305) en Cesarea de Palestina.
El Santo Mártir Pánfilo, natural de la ciudad de Beirut, fue educado en Alejandría, tras lo cual fue ordenado sacerdote en Cesarea. Se afanó en la recopilación de manuscritos y la corrección de los errores de los copistas en los manuscritos del Nuevo Testamento. Éstos textos fueron copiados y distribuidos a cualquiera que los quisiera. Así, muchos paganos fueron convertidos a Cristo por razón de ellos.
Sus obras se reunieron en la extensa biblioteca de libros espirituales disponibles para la iluminación de los cristianos. San Jerónimo (siglo IV-V) guardaba un profundo respeto por san Pánfilo y se consideraba afortunado de haber localizado y adquirido varios de sus manuscritos.
Asistiendo activamente a san Pánfilo en la proclamación de la fe en Cristo estaban san Valencio, un Diácono de la Iglesia, Elías, un hombre bien versado en las Sagradas Escrituras, encorvado por los años, y san Pablo, vehemente en su fe y amor por Cristo el Salvador. Los tres fueron encarcelados durante dos años por Urbano, el gobernador de Cesarea, en Palestina.
Durante el gobierno de su sucesor Firmiliano, 130 cristianos fueron condenados en Egipto y enviados a Cilicia (Asia Menor) para laborar en las minas de oro. Cinco jóvenes hermanos los acompañaron al lugar del exilio. A su regreso a Egipto fueron detenidos en Cesarea y encarcelados por confesar a Cristo.
Éstos jóvenes comparecieron ante Firmiliano, junto con los anteriormente aprehendidos: los Santos Pánfilo, Valencio y Pablo. Los cinco jóvenes egipcios tomaban sus nombres de los Santos Profetas del Antiguo Testamento, Elías, Jeremías, Isaías, Samuel y Daniel. Cuando se les preguntó de dónde eran, los jóvenes dijeron que eran ciudadanos de Jerusalén, es decir, la Jerusalén celestial. Firmiliano no sabía nada de tal ciudad, ya que Jerusalén había sido arrasada por el emperador Tito en el año 70. El emperador Adriano (117-138) construyó una nueva ciudad en el sitio, que se llamó Aelia Capitolina.
Firmiliano atormentó a los jóvenes por largo tiempo, deseando conocer la ubicación de la desconocida ciudad, tratando asimismo de persuadirlos para que apostataran. Sin conseguirlo, el gobernador los sentenció a ser decapitados con una espada, junto con Pánfilo, Valencio y Pablo.
Antes de que ésto sucediera, uno de los sirvientes de Pánfilo padeció el tormento. Éste era el joven Porfirio, de dieciocho años, quien era manso y humilde. Había escuchado la sentencia de muerte de los mártires condenados y pidió permiso al gobernador para enterrar los cuerpos después de su ejecución. Por esto también fue condenado a muerte, arrojado al fuego.
Un piadoso cristiano llamado Seleuco, ex soldado, elogió las hazañas de los mártires. Fue a Pánfilo y le contó de la muerte como mártir de san Porfirio. Fue arrestado por soldados y, por orden de Firmiliano, fue decapitado con una espada, junto con los demás.
Uno de los sirvientes del gobernador, Teodolo, un hombre de edad venerable y cristiano secretamente. Conoció a los mártires mientras los llevaban a la ejecución. Los abrazó y les pidió que oraran por él. Los soldados lo llevaron ante Firmiliano, por cuyas órdenes fue crucificado.
El joven Julián, natural de Capadocia que había venido a Cesarea, vio los cuerpos de los santos que habían sido arrojados a las fieras sin sepultarlos. Julián se arrodilló y veneró los cuerpos de los dolientes. Los soldados lo apresaron y lo llevaron ante el gobernador, quien lo condenó a ser quemado vivo. Los cuerpos de los doce mártires permanecieron sin enterrar durante cuatro días, pero ni las bestias ni los pájaros los tocaron. Avergonzados por esta situación, los paganos permitieron que los cristianos tomaran los cuerpos de los mártires y los enterraran.
Aunque estos doce Mártires procedían de diversos lugares, estaban unidos por su amor a Cristo, y de Él recibieron inmarcesibles coronas de gloria.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2022). Martyrs Pamphilius the Presbyter, Valens the Deacon, and those with them, at Caesarea in Palestine. New York, Estados Unidos: OCA.
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