conmemorados el 16 de junio de 2024.
Hoy, domingo, 16 de junio de 2024, Séptimo Domingo de Pascua, la Iglesia de Cristo conmemora a los Santos Teóforos Padres del Primer Concilio Ecuménico.
La Conmemoración del Primer Concilio Ecuménico ha sido celebrada por la Iglesia de Cristo desde la antigüedad. El Señor Jesucristo dejó a la Iglesia una gran promesa: “Edificaré mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mt 16:18). Aunque la Iglesia de Cristo en la tierra ha de pasar por difíciles luchas con el Enemigo de la salvación, saldrá victoriosa. Los Santos Mártires dieron testimonio de la verdad en la Palabra de nuestro Salvador, soportando el sufrimiento y la muerte por confesar a Cristo, pero la espada del perseguidor es destrozada por la Cruz de Cristo.
La persecución de los cristianos cesó durante el siglo IV, pero surgieron herejías dentro de la Iglesia misma, de las cuales, una de las más perniciosas fue el arrianismo. Arrio, un sacerdote de Alejandría, era un hombre de inmenso orgullo y ambición. Al negar la naturaleza divina de Jesucristo y Su igualdad con Dios el Padre, Arrio enseñó falsamente que el Salvador no es consustancial al Padre, sino que es simplemente un ser creado.
Un consejo local, convocado bajo la presidencia del patriarca Alejandro de Alejandría, condenó las falsas enseñanzas de Arrio. Sin embargo, Arrio no se sometería a la autoridad de la Iglesia. Escribió a muchos obispos, denunciando los decretos del Concilio local. Difundió su falsa enseñanza por todo Oriente, recibiendo el apoyo de ciertos obispos orientales.
Investigando éstas disensiones, el Santo Emperador Constantino (21 de mayo) consultó al obispo Osio de Córdoba (27 de agosto), quien le aseguró que la herejía de Arrio estaba dirigida contra el dogma más fundamental de la Iglesia de Cristo, por lo que decidió convocar un Concilio Ecuménico. En el año 325 se congregaron en Nicea 318 obispos representantes de las Iglesias cristianas de varios países.
Entre los obispos reunidos había muchos confesores que habían sufrido durante las persecuciones y que portaban las marcas del tormento en sus cuerpos. Asimismo, participaron en el Concilio grandes lumbreras de la Iglesia: san Nicolás, arzobispo de Mira (6 de diciembre y 9 de mayo), san Espiridón, obispo de Tremitunte (12 de diciembre), y otros venerados por la Iglesia como Santos Padres.
Con el Patriarca Alejandro de Alejandría llegó su diácono, Atanasio, quien más tarde se convirtió en Patriarca de Alejandría (2 de mayo y 18 de enero). Se lo llama “el Grande”, porque fue un celoso defensor de la pureza de la ortodoxia. En la Sexta Oda del Canon para la Fiesta de hoy, se le menciona como “el decimotercer Apóstol”.
El emperador Constantino presidía las sesiones del Concilio. En su discurso, respondiendo a la bienvenida del obispo Eusebio de Cesarea, dijo: “Dios me ha ayudado a derribar el poder impío de los perseguidores, pero más penoso para mí, de lo que cualquier sangre derramada en la batalla es para un soldado, es la contienda interna en la Iglesia de Dios, porque es más ruinosa”.
Arrio, con diecisiete obispos entre sus seguidores, se obstinó en su arrogancia, pero sus enseñanzas fueron repudiadas y fue excomulgado de la Iglesia. En su discurso, el Santo diácono Atanasio refutó de manera concluyente las opiniones blasfemas de Arrio. El heresiarca Arrio está representado en la iconografía sentado sobre las rodillas de Satanás, o en la boca de la Bestia de las profundidades (Ap 13).
Los Padres del Concilio declinaron un Símbolo de Fe (Credo) propuesto por los Arrianos. En su lugar, afirmaron el Símbolo Ortodoxo de la Fe. San Constantino pidió al Concilio que insertara en el texto del Símbolo de la Fe la palabra “consustancial”, que había escuchado en los discursos de los obispos. Los Padres del Concilio aceptaron por unanimidad ésta sugerencia.
En el Credo de Nicea, los Santos Padres expusieron y confirmaron las enseñanzas apostólicas sobre la naturaleza divina de Cristo. La herejía de Arrio fue expuesta y repudiada como un error de la soberbia razón. Después de resolver ésta principal cuestión dogmática, el Concilio también emitió Doce Cánones sobre cuestiones de administración y disciplina de la iglesia. También se decidió la fecha para la celebración de la Santa Pascua. Por decisión del Concilio, los cristianos no deben celebrar la Santa Pascua el mismo día que la Pascua judía, sino el primer domingo después de la primera luna llena del equinoccio vernal (que en aquel tiempo ocurrió el 22 de marzo de 325).
El Primer Concilio Ecuménico se conmemora igualmente el 29 de mayo.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Commemoration of the Holy Fathers of the First Ecumenical Council. New York, Estados Unidos: OCA.
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