conmemorada el 26 de diciembre.
En el segundo día de la Fiesta de la Natividad de nuestro Señor Jesús Cristo, la Iglesia ha establecido la celebración de la Sinaxis (asamblea litúrgica, conmemoración) de la Santísima Madre de Dios. El nombre de tal fiesta significa la reunión de los fieles para alabar y glorificar a la Santísima Virgen, Quien dio a luz a nuestro Salvador.
En el primer día de la Natividad de nuestro Señor Jesús Cristo, la Iglesia glorifica al Redentor de la humanidad y la bendita liberación que dispensó al mundo pecador de las trampas del Enemigo. En el segundo día de la Natividad del Señor, la Iglesia nos llama a magnificar justa y dignamente a la Siempre Virgen María, la Madre de nuestro Señor.
Al día que subsigue a muchas de los Fiestas de la Iglesia se lo denomina Sinaxis, como el día posterior a la Natividad de la Madre de Dios, cuando se conmemora a los justos Joaquín y Ana; o el día siguiente a la Fiesta de la Teofanía, cuando se honra a San Juan Bautista, etc.
La Fiesta de la Sinaxis de la Santísima Madre de Dios se remonta a tiempos muy antiguos. En el siglo IV, algunos Santos Padres, como san Epifanio de Chipre (12 de mayo), ya lo predicaban.
En la antigua Menaia, la Fiesta de la Sinaxis de la Santísima Madre de Dios se llamaba “los Dones de la Natividad”. Ésto se refiere a los obsequios que los magos de Oriente trajeron al recién nacido Rey de los judíos, el Divino Niño Jesús. La fiesta de la Sinaxis de la Madre de Dios también se llamaba “la Huida a Egipto”.
El 26 de diciembre, la Iglesia primitiva conmemoró a los Reyes Magos que vinieron a adorar al Salvador, y la huida a Egipto, así como la Sinaxis de la Madre de Dios. Por eso, algunos iconos de la Natividad del Señor representan Su Nacimiento, el culto de los pastores y los Magos, así como la Huida a Egipto. A veces, la inscripción dice “La Sinaxis de la Santísima Theotokos”.
Actualmente, sin embargo, conmemoramos “la Adoración de los Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, así como de los pastores que en Belén guardaban sus rebaños y acudieron a ver al Señor” el primer día de la Natividad (25 de diciembre), mas la Huida a Egipto se conmemora por separado el 26 de diciembre, el segundo día de la Natividad.
Antes de la masacre de los 14, 000 Santos Inocentes (29 de diciembre), un Ángel advirtió a san José que tomara al Niño y a Su Madre y huyera a Egipto y se quedara allí hasta que el Ángel le hiciera saber que era seguro que regresara a Nazaret. “porque Herodes buscará al niño para matarlo” (Mt 2:13).
En el ícono de la Huida a Egipto se observan montañas. La Virgen sentada sobre un burro con su Niño, mirando a José, quien sostiene un bastón portando su capa sobre su hombro. Un joven (la tradición dice que se trataba de Santiago, hijo de san José, el hermano del Señor) conduce el burro que lleva un cesto de junco y vuelve la mirada hacia la Virgen. Detrás de ellos hay una ciudad fortificada con ídolos que se derrumban de las murallas. Este evento fue profetizado por Isaías: “Allá va Yahveh cabalgando sobre nube ligera y entra en Egipto, se tambalean los ídolos de Egipto ante él y el corazón de Egipto se derrite en su interior” (Is 19:1); y el profeta Oseas alude a ello: “De Egipto llamé a mi Hijo” (Os 11:1). Esto también se menciona en los himnos de la Iglesia.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2022). Synaxis of the Most Holy Mother of God. New York, Estados Unidos: OCA.
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