conmemorada el 8 de noviembre.
La Sinaxis de la cabeza de las Huestes Celestiales, el Arcángel Miguel, y todas las Incorpóreas Potestades Celestiales: Arcángeles Gabriel, Rafael, Uriel, Selaphiel, Jehudiel, Barachiel y Jeremiel fue establecida a principios del siglo IV en el Concilio de Laodicea, el cual se convocó varios años antes del Primer Concilio Ecuménico. El Canon 35 del Concilio de Laodicea condenó y denunció como herético el culto a los ángeles como dioses y gobernantes del mundo, pero afirmó su debida veneración.
Se estableció así una Fiesta en noviembre, el noveno mes después de marzo (con el cual comenzaba el año en la antigüedad) habida cuenta de los Nueve Rangos de Ángeles. El octavo día del mes fue elegido para la Sinaxis de todas las Incorpóreas Potestades Celestiales, ya que el Día del Juicio Final es llamado el Octavo Día por los Santos Padres. Después del final de esta era (caracterizada por sus siete días de la Creación) vendrá el Octavo Día, y entonces “vendrá el Hijo del Hombre en su gloria y todos los santos ángeles con él” (Mt 25:31).
Los Rangos Angélicos se dividen en TRES JERARQUÍAS: la superior, la media y la inferior.
La Jerarquía Superior incluye: los SERAFINES, QUERUBINES y TRONOS.
Los SERAFINES de seis alas (Ardientes, Ardientes) (Is 6,2) son los más próximos a la Santísima Trinidad. Resplandecen de amor por Dios y encienden ese mismo amor en los demás.
Los QUERUBINES de muchos ojos (derramamiento de sabiduría, iluminación) (Gn 3,24) están delante del Señor después de los SERAFINES. Irradian con la luz del conocimiento de Dios y el conocimiento de los Misterios de Dios. Por su mediación se derrama sabiduría y se ilumina la mente de las personas a fin de que sean capaces de conocer a Dios y de contemplar su gloria.
Los TRONOS (Col 1:16) están detrás de los QUERUBINES, portando misteriosa e incomprensiblemente a Dios, merced a la gracia que los ha sido concedida para su servicio. Son ministros de la justicia de Dios, dando a los tribunales, reyes, etc. la capacidad de juicio justo.
La Jerarquía Angélica Media consta de tres Rangos: DOMINIOS, PODERES y AUTORIDADES:
Los DOMINIOS (Col 1:16) presiden sobre los ángeles sujetos a ellos. Instruyen a las autoridades terrenales, establecidas por Dios, para gobernar sabiamente y gobernar sus tierras con rectitud. Los DOMINIOS nos enseñan a someter los impulsos pecaminosos, a sujetar la carne al espíritu, a dominar nuestra voluntad y a vencer la tentación.
Los PODERES (1 P 3:22) llevan a efecto la voluntad de Dios sin dudarlo. Realizan grandes milagros y otorgan la gracia de los milagros y la clarividencia a los santos agradables a Dios. Los PODERES asisten a las personas en el cumplimiento de las obediencias. También los alientan a ser pacientes y les dan vigor y fortaleza espiritual.
Las AUTORIDADES (1 P 3:22, Col 1:16) poseen autoridad sobre el diablo. Protegen a las personas de las tentaciones demoníacas y evitan que los demonios dañen libremente a las personas. También defienden a los ascetas y los guardan, ayudando a las personas en la lid contra los malos pensamientos.
La Jerarquía Inferior incluye los tres Rangos: PRINCIPADOS, ARCÁNGELES y ÁNGELES:
Los PRINCIPADOS (Col 1:16) poseen mando sobre los ángeles inferiores, instruyéndolos en el cumplimiento de los mandatos de Dios. Velan por el mundo y salvaguardan las tierras, las naciones y los pueblos. Los principados instruyen a las personas para que rindan el debido honor a quienes están en autoridad, como corresponde a su posición. Enseñan a los que tienen autoridad a usar su posición, no para la gloria y la ganancia personal, sino para honrar a Dios y difundir su palabra para el beneficio de los que están debajo de ellos.
LOS ARCÁNGELES (1 Tes 4:16) son mensajeros de grandiosas y maravillosas noticias. Revelan profecías y los misterios de la fe. Iluminan a las personas para conocer y comprender la voluntad de Dios, difunden la fe en Dios entre las personas, iluminando sus mentes con la luz del Santo Evangelio.
LOS ÁNGELES (1 P 3:22) están en el rango más bajo de la jerarquía celestial y son los más cercanos a los seres humanos. Revelan los misterios menores de Dios y sus intenciones, guiando a las personas por una vida virtuosa y santa. Sostienen a los que se mantienen firmes y levantan a los caídos. Nunca nos abandonan y están siempre dispuestos a auxiliarnos, si así lo deseamos.
Todos los Rangos de las Potestades Celestiales son llamados Ángeles, empero, cada uno tiene su propio nombre y posición en virtud de su servicio. El Señor revela Su voluntad a los rangos más altos de los ángeles, y ellos a su vez informan a los demás.
Sobre todos los Nueve Rangos, el Señor nombró al Santo Arcángel Miguel (su nombre en hebreo significa “Quién como Dios”), fiel servidor de Dios, como Comandante en Jefe. Echó del Cielo al arrogantemente orgulloso Lucifer y a los demás espíritus caídos en el tiempo en que se rebelaron contra Dios. Miguel convocó a las filas de ángeles y gritó: “¡Asistamos! ¡Pongámonos de pie ante nuestro Creador y no consideremos hacer lo que desagrada a Dios!”.
Conforme a la Tradición de la Santa Iglesia, y en los servicios de la iglesia al Arcángel Miguel, él participó en muchos otros eventos del Antiguo Testamento.
Durante el éxodo de los israelitas de Egipto, él iba delante de ellos en forma de columna de nube durante el día y de columna de fuego durante la noche. A través de él se manifestó el poder del Señor, aniquilando a los egipcios y al Faraón que perseguían a los israelitas. El Arcángel Miguel defendió a Israel en todas sus desgracias.
Se apareció a Josué, hijo de Navi, y le reveló la voluntad del Señor en la toma de Jericó (Jos 5:13-16). El poder del gran Comandante en Jefe de Dios se manifestó en la aniquilación de los 185, 000 soldados del emperador asirio Senaquerib (4/2 Reyes 19:35); así como en el azotamiento del impío líder Heliodoro (2 Mac 3: 24-26); y en la protección de los Tres Santos Jóvenes: Ananías, Azarías y Misail, arrojados al horno de fuego por negarse a adorar a un ídolo (Dn 3:22-25).
Por voluntad de Dios, el Comandante en Jefe Miguel transportó al Profeta Habbacuc (2 de diciembre) de Judea a Babilonia, para dar de comer a Daniel en el foso de los leones (Dan. 14:33-37).
El Arcángel Miguel disputó con el diablo el cuerpo del santo profeta Moisés (Judas 1:9).
El Santo Arcángel Miguel mostró su poder cuando salvó milagrosamente a un joven, arrojado al mar por ladrones con una piedra atada al cuello en las orillas del Monte Athos. Esta historia se encuentra en el Paterikon Atonita y en la Vida de San Neófito de Docheiariou (9 de noviembre).
Invocamos a Santo Arcángel Miguel para la protección de la invasión de los enemigos y de la guerra civil, y para la derrota de los adversarios en el campo de batalla. Él vence a todos los enemigos espirituales.
La Sagrada Escritura y la Tradición nos dan los nombres de los Arcángeles:
GABRIEL: fuerza (poder) de Dios, heraldo y servidor de la omnipotencia divina (Dn 8,16; Lc 1,26). Anuncia los misterios de Dios.
RAFAEL: el sanador de Dios, el sanador de las enfermedades humanas (Tb 3:16, 12:15).
URIEL: el fuego o luz de Dios, iluminador (2 Esdras 5:20). Oramos para que ilumine a aquellos con mentes oscurecidas.
SELAPHIEL: la oración de Dios, que impulsa a la oración (2 Esdras 5:15). Reza a Dios por la humanidad.
JEHUDIEL: el que glorifica a Dios, animando el esfuerzo para la gloria del Señor e intercediendo por la recompensa de los esfuerzos.
BARACHIEL: distribuidor de las bendiciones de Dios por las buenas obras, suplica la misericordia de Dios para las personas.
JEREMIEL: la elevación a Dios (2 Esdras 4:36)
En los iconos se representa a los Arcángeles según el carácter de su servicio:
MIGUEL pisotea al diablo, y en su mano izquierda sostiene una rama verde de dátiles, y en su mano derecha una lanza con un estandarte blanco en el que se destaca una cruz escarlata o, a veces, una espada de fuego.
GABRIEL con un ramo del Paraíso, presentado por él a la Santísima Virgen, o con un farol resplandeciente en la mano derecha y con un espejo de jaspe en la izquierda.
RAFAEL sostiene un recipiente con medicamentos curativos en su mano izquierda, y con su mano derecha conduce a Tobías, que lleva un pez para curar (Tobías 5-8).
URIEL en su mano derecha levantada sostiene una espada desnuda al nivel de su pecho, y en su mano izquierda baja “una llama de fuego”.
SELAPHIEL en posición de oración, mirando hacia abajo, con las manos cruzadas sobre el pecho.
JEHUDIEL sostiene una corona de oro en su mano derecha, en su izquierda, un látigo de tres correas rojas (o negras).
BARACHIEL se muestra con una rosa blanca en el pecho.
JEREMIEL sostiene una balanza en su mano.
Cada persona tiene un Ángel Guardián (Mt 18:10), y cada nación también recibe su propio Ángel Guardián de mano de Dios (Dn 10:13). Asimismo, cuando una iglesia es consagrada, también es concedida con un Ángel Guardián (Palladius, Dial. Ch. 10).
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2022). Synaxis of the Archangel Michael and the Other Bodiless Powers. New York, Estados Unidos: OCA.
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