top of page
Foto del escritormonasteriodelasant6

TEOLOGÍA DE LA SENCILLEZ.

TEOLOGÍA DE LA SENCILLEZ.

Por Ierotheos Vlajos, Metropolita de Lepanto.


Hoy en día todos estamos cansados a causa de la falta de sencillez y la buscamos con dolor. Porque, si examinamos con atención los fenómenos de nuestra vida social y principalmente los invisibles, ocultos e interiores, comprobaremos que todos estos provienen de una personalidad dividida y fraccionada, y que son complejos y complicados. Por esta razón, el logos sobre la sencillez, sobre todo el logos teológico sobre ella es de especial actualidad.

Realmente no es sólo el pensamiento filosófico sobre el Dios que habla sobre Su sencillez, sino también los santos Padres hablan de esto. El Dios, como es libre de todo pazos (pasión, emoción y vicio) básicamente es sencillo. El Dios es agapi (amor, energía increada), caridad y filantropía, incluso humildad. Ya que el Dios es agapi, esto indica que es también humildad. Y los que se han hecho dignos de verle y contemplarle, quedaron cautivados de Su humildad, apacibilidad y mansedumbre de modo que en toda su vida hablan de ella. Un antiguo maestro eclesiástico escribe: “El Dios es todo y sencillo”.

Muchos Padres destacaron este punto de vista, como san Atanasio el Grande: “El Dios no es compuesto ni complejo… porque su esencia es simple, sencilla”. Y en otro punto dice: “El Dios es sin pazos (pasiones, padecimientos, emociones y vicios) y sencillo, y con apacia (impasibilidad) sin pazos e indivisible es padre del hijo, es decir, del Logos y Dios” (Orationes tres contra Arrianos 26,69.5 y 26,69.21).

La doctrina sobre la sencillez de Dios no contradice la apocálipsis (revelación) del Dios Trino y el discernimiento entre Su esencia y energía increadas. Sobre el primer tema hemos hablado en otra homilía. Aquí hablaremos un poco sobre el discernimiento entre esencia y energía (increadas), que para la Ortodoxia es una cuestión de vida o muerte. Los santos Padres, como san Basilio, san Gregorio Palamás y otros, dijeron que: “Las energías (increadas) de Dios son varias, pero la esencia (increada) es simple, sencilla” (san Basilio). Y “la síntesis no se introduce por operar y por la energía, sino por el padecer (sufrir) y por el pazos, pero el Dios energiza, opera sin pazos”, (san Gregorio Palamás).

El Dios no tiene pazos, por eso la enseñanza sobre discernimiento de esencia y energía (increadas), no elimina la sencillez de Dios. Por lo tanto, “no está compuesto o complejo a causa de la energía”, san Gregorio Palamás. Además, a pesar de que hablamos sobre el discernimiento entre esencia y energía, “la esencia y la energía naturales divinas son inseparables, e indivisibles”.

Así que, según la enseñanza de san Gregorio Palamás, que es la enseñanza dogmática de la Iglesia consolidada y garantizada sinódicamente, la energía “se divide indivisiblemente” de la esencia divina, y la esencia divina “es participada sin mezclar” puesto que la divina energía constituye el fulgor de la naturaleza divina. “…La energía increada no se conoce mediante su esencia increada, sino que de la energía increada nos informamos que la esencia increada existe, pero no lo qué es. Por eso Dios se hace conocido a nosotros no de Su esencia increada, sino de Su providencia, según los Teólogos. Y la energía difiere de la esencia también en esto: aquello que informa es la energía increada y lo que conocemos a través de ella de que existe es la esencia increada”.

Todas estas cosas, que quizás, no todos pueden concebirlas y captarlas muestran la verdad, de que el Dios es sencillo.

Puesto que el Dios, a pesar del discernimiento de Sus Hipostasis o Personas y el discernimiento entre esencia y energía (increadas), es sencillo, esto significa que el hombre también mientras participa, conecta y comulga con el Dios se convierte y se hace sencillo.

El hombre cuando más está en metania (arrepentimiento y confesión) más sanado está interiormente, se unifica el hombre interior y tanto más sencillo se va convirtiendo. La metania le limpia, le “psicoterapia”, le sana y le unifica. San Casiano el Romano, escribía que: “aquel que revela y comparte sus pensamientos en poco tiempo se sana, y el que los oculta se enferma”. Así que la apertura del cristiano a su padre espiritual, que toma el lugar “del ángel de la metania”, más la vigilancia y cuidado de cada cosa que se hace y opera en su interior, “impiden la formación de complejos”. Y no empeoran ya las heridas que se han encontrado las huellas y se han hecho evidentes. Puesto que la composición se introduce por los pazos y nuestra liberación o metamorfosis (transformación) de ellos hace que seamos convertidos en sencillos.



(Si lo deseas, puedes descargar y leer el documento completo, desde la Biblioteca Digital de nuestro sitio).



Metropolita de Lepanto, Ierotheos Vlajos.

Traducido por: Jristos Jrisoulas, www.logosortodoxo.com


Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page