conmemorado el 7 de abril.
En el tercer domingo de la Gran Cuaresma se conmemora la Veneración de la Santa Cruz de nuestro Señor. A la Santa Cruz se la encuentra en el corazón de la iglesia en medio de la temporada de Cuaresma, no solo para recordar a los hombres la redención de Cristo y mantener ante ellos la finalidad de su empeño, sino, asimismo, con el fin de ser venerada como esa realidad por la cual el hombre debe vivir para ser salvado: “Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí” (Mt 10:38). Porque en la Cruz de Cristo Crucificado reside así “el poder de Dios como la sabiduría de Dios” para los que se salvan (1 Co 1:24) (OCA, 2023).
Ciertamente, la ascesis de las virtudes no es un tema sencillo. Más allá de la fuerte voluntad personal, es necesario el poder santificador de la Iglesia de Cristo. De tal modo, los Padres determinaron la Veneración de la Santa Cruz del Señor, a la mitad de la Santa Gran Cuaresma para que los fieles recibamos de ella la gracia y la fuerza para continuar con valentía y coraje nuestra contienda espiritual.
La Cruz de Cristo es el orgullo de Su Iglesia y el arma invencible contra las fuerzas del mal. Con ella fue destruido el estado del diablo y anulado su poder. De ella surgió la redención y la inmortalidad del género humano.
De un terrible y humillante modo de ejecución de malhechores, se transfiguró en una vía de santificación, y en escudo espiritual contra las trampas de Lucifer y sus oscuros ángeles caídos. Algunos la comparan con un avance poderoso contra las tempestades de la vida, que causan el mal y el pecado.
La fatiga corporal del ayuno y la pereza psíquica de la lucha espiritual son dos factores clave que pueden inhibir el camino del creyente. El poder sagrado de la Cruz es el antídoto a ésta situación. La Cruz de Cristo, aparte del símbolo divino de nuestra Iglesia, también tiene un significado moral para cada creyente. Tal como el Señor llevó su propia Cruz al Gólgota, cargada con los pecados de toda la raza humana, también el fiel en Cristo, lleva su propia cruz personal, la lucha por la salvación y la perfección. El camino hacia la salvación es un auténtico camino hacia el Gólgota y requiere la abnegación de quienes lo ascienden.
El Señor lo ha confirmado: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mc 8:34). El período sagrado del Triodio es, por excelencia, una marcha hacia la Cruz y la crucifixión de nuestras pasiones. Por eso la Santa Iglesia dedicó éste domingo a la veneración de la Santa Cruz. Los fieles, energizados y renovados, obteniendo la energía increada por gracia suya, superamos los obstáculos establecidos por el astuto enemigo y recorremos el camino hacia el cielo con la alegría y el deseo de encontrarnos con nuestro Señor Jesús Cristo resucitado, el día santo y glorioso de Su ascensión.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). 3rd Sunday of Great Lent: Veneration of the Cross. New York, Estados Unidos: OCA.
La Ortodoxia es la Verdad. (2023). Tercer Domingo de Cuaresma: la Veneración de la Santa Cruz. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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