conmemorado el 10 de octubre.
El Venerable Ambrosio (ru. Амвро́сий), stárets (ru. Ста́рец) del Monasterio de Óptina Pústyñ (ru. монастырь Оптина Пустынь), en el mundo nombrado Aleksándr Mikháilovich Grenkov, nació el día 23 de noviembre del año 1812 en la provincia rusa de Tambov. Sus padres lo criaron con rigurosidad y ferviente piedad. Perteneciendo a una familia sacerdotal, no fue una sorpresa cuando ingresó en el seminario teológico de Tambov en el año 1830. Obtuvo buenos resultados en sus estudios y se contó entre los mejores estudiantes.
Aproximadamente un año antes de graduarse, Aleksándr enfermó gravemente. Prometió que, si Dios lo curaba, se haría monje. Pese a que su oración fue escuchada, Aleksándr pareció olvidar su promesa.
Después de graduarse, aceptó una posición como tutor de los hijos de un terrateniente y permaneció con ésta familia durante un año y medio. Luego, se convirtió en maestro en la escuela parroquial local.
Un día de 1839, Aleksándr y un amigo visitaron al célebre eremita padre Hilarión para preguntar qué debían hacer con sus vidas. Aleksándr se sorprendió cuando le dijeron que acudiera al Monasterio de Óptina Pústyñ, donde se lo necesitaba con apremio. En septiembre de ese mismo año, sin embargo, parecía estar preparado para continuar con su carrera como enseñante.
Una noche fue invitado a pasar una agradable velada con unos amigos. Su conversación fue ingeniosa y brillante, y todos sus chanzas y juegos de palabras fueron atinados. Aunque sus anfitriones se divirtieron e impresionaron ante su presencia, Aleksándr se sintió disgustado por su propia frivolidad. Tal vez su incumplida promesa de hacerse monje pesó en su conciencia.
A la mañana siguiente abandonó su trabajo y viajó al Monasterio de Óptina. Era el mes de octubre del año 1839. Pasado un período de prueba, decidió permanecer en el Monasterio y dedicar su vida a Dios. Recibió la tonsura monástica en el año 1842, y se lo dio el nombre de Ambrosio en honor a san Ambrosio de Milán (7 de diciembre). Ambrosio conoció a los célebres directores espirituales Ancianos Lev y Macario. Fue asistente de celda del Anciano Macario, quien sin duda influyó en el crecimiento espiritual del joven monje.
Ordenado sacerdote en el año 1845, sus hermanos monjes percibieron la reverencia y piedad con que el padre Ambrosio celebraba los servicios divinos. Poco después, su salud comenzó a decaer y tuvo que pedir que lo relevaran de todos sus deberes. En el año 1846, estaba tan enfermo que lo administraron el Misterio de la Santa Unción. Soportó su enfermedad sin quejarse y poco a poco recuperó las fuerzas. En el año 1848, pudo caminar con la ayuda de un bastón.
El padre Ambrosio comenzó a asistir al Anciano Macario con su correspondencia y a preparar la edición rusa de La Escala del Divino Ascenso de san Juan Clímaco, que fue publicada por el Monasterio.
Cuando el Anciano Macario tuvo que viajar a Moscú en 1852, designó al padre Ambrosio para que ocupara su lugar hasta su regreso. El padre Ambrosio jamás dio su opinión personal cuando se lo pedía consejo, sino que siempre remitía a las personas a los escritos de los Padres. Si alguien no comprendía el texto que le fuera dado para leer, el padre Ambrosio se lo explicaba en términos sencillos.
El padre Macario durmió en el Señor en el año 1860 sin nombrar a nadie para sucederlo como presbítero. Por divina Providencia, todos los otros posibles candidatos fallecieron o fueron nombrados Abades de otros Monasterios. Ésto dejó al padre Ambrosio como el director espiritual indiscutible del Monasterio. En su labor como presbítero, el padre Ambrosio recibía numerosas personas cada día para escuchar confesiones y dar consejos. Solía decir: “El Señor lo ha dispuesto de modo que tenga que hablar con la gente toda mi vida. Ahora estaría feliz de permanecer en silencio, mas no puedo”.
Un día en la vida de san Ambrosio comenzaba a las cuatro de la mañana. Cuando su asistente de celda entraba en su aposento para leerle la regla de oración de la mañana, después se lavaba y tomaba un poco de té, luego dictaba las respuestas a las muchas cartas que recibía todos los días. Las visitas hacían fila mientras él tomaba su desayuno. En ocasiones tomaba un descanso pasadas dos horas, pero las más de las veces continuaba atendiendo a la gente hasta el mediodía, cuando almorzaba.
Después del almuerzo, salía a la habitación contigua y recibía a más visitantes. La gente le hacía preguntas y él daba una apropiada respuesta. Tomaba un breve descanso a las tres de la tarde y luego hablaba con la gente hasta llegada la noche. A las ocho cenaba y luego recibía más visitas hasta las once. A esa hora se leía la regla de oración de la noche y el padre Ambrosio pedía perdón a los hermanos a quienes pudiera haber ofendido con pensamiento, palabra u obra. Después de tres o cuatro horas de sueño, todo comenzaba de nuevo. Tal rutina extenuaría aún a un hombre fuerte. Es notable que san Ambrosio, que a menudo se encontraba mal de salud, haya podido mantener su salud durante tantos años.
La gente acudía en masa a visitar al venerable Anciano desde toda Rusia. El escritor Lev Tolstói lo visitó al menos en tres ocasiones y partió impresionado por la sabiduría del Santo Monje. Fiódor Mikháilovich Dostoievski visitó el Monasterio de Óptina en el año 1878 después de la muerte de su hijo Alyosha y fue profundamente afectado por su encuentro con san Ambrosio. El novelista tomó al Anciano Ambrosio como modelo para el Stárets Zósima en Los Hermanos Karamázov.
El Santo fundó el convento de Shamordino en el año 1884. Éste convento, que estaba cerca de Óptina, abría sus puertas a mujeres necesitadas, enfermas o enceguecidas. La mayoría de los conventos eran muy pobres y tenían que depender de los ingresos de mujeres que tenían cierta riqueza personal para permanecer abiertos. San Ambrosio hizo posible que cualquier mujer que quisiera convertirse en monja pudiera seguir éste camino de salvación.
Shamordino comenzó a decaer tras la muerte de la primera abadesa, la madre Sofía. San Ambrosio visitó el sitio en junio del año 1890 para poner en orden los asuntos del convento. No pudo regresar a Óptina debido a una enfermedad, y luego el invierno le impidió viajar. El padre Ambrosio siguió recibiendo visitas en Shamordino, aunque su salud siguió deteriorándose en el curso del año 1891.
En septiembre, era evidente que no le quedaba mucho tiempo de vida. El Stárets Ambrosio durmió en el Señor a las 11:30 a.m. de la mañana del día 10 del mes de octubre de 1891. Multitudes asistieron a su funeral y también a su entierro en Óptina. Los padres Anatoly, Antonin, Benedicto y Iosif lo sucedieron hasta que el Monasterio fue cerrado después de la revolución rusa.
El Patriarcado de Moscú autorizó la veneración local de los presbíteros de Óptina el 13 de junio de 1996. La labor de hallazgo de las reliquias de los Santos Lev, Macario, Hilarión, Ambrosio, Anatoly I, Barsanufio y Anatoly II comenzó el 24 de junio/7 de julio de 1998 y finalizó al día siguiente. Sin embargo, debido a las Fiestas de la Iglesia (Natividad de San Juan Bautista, etc.) asociadas con las fechas reales del descubrimiento de las reliquias, el Patriarca Alekséi II designó el 27 de junio/10 de julio como fecha para conmemorar éste evento. Las reliquias de los Santos Ancianos descansan ahora en la nueva iglesia del Icono de Vladímir de la Madre de Dios.
Los Ancianos de Óptina fueron glorificados por el Patriarcado de Moscú para veneración universal el 7 de agosto del año 2000.
San Ambrosio fue glorificado en el año 1988 por el Patriarcado de Moscú en el marco de la celebración del Milenio del Bautismo de la Rus’.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Venerable Ambrose of Optina. New York, Estados Unidos: OCA.
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