conmemorado el 7 de febrero.
El Venerable Lucas el Asceta era originario del pueblo griego de Kastórion. Hijo de agricultores infortunados, el Santo había laborado mucho desde temprana edad, trabajando en el campo y pastoreando las ovejas. Era muy obediente con sus padres y muy templado al comer. A menudo daba su propio alimento y vestido a los necesitados, por lo que sufrió el reproche de sus padres. Una vez regaló casi todas las semillas que se necesitaban para plantar en el campo. El Señor lo recompensó su caridad y la cosecha recogida fue mayor que nunca.
Cuando era niño, oraba con gran fervor y frecuencia. Su madre lo vio más de una vez de pie, no sobre el suelo, sino en los aires mientras oraba.
Tras el fallecimiento de su padre, partió del lado de su madre y se condujo a Atenas, donde ingresó en un Monasterio. Pero a través de las oraciones de su madre, que estaba muy preocupada por él, el Señor lo devolvió a su hogar paterno de milagrosa manera. Pasó allí cuatro meses y luego, con la bendición de su madre, se dirigió a un lugar solitario en la montaña de nombre Ioannou. Aquí había una iglesia dedicada a los Santos Anárgiros Cosme y Damián, donde vivió una vida ascética en constante oración y ayuno. Allí fue tonsurado por unos Ancianos peregrinos. Después de ésto, san Lucas redobló su esfuerzo ascético, por lo que el Señor lo concedió el don de la presciencia.
Después de siete años en Ioannou, el Santo se trasladó a Corinto a causa de una invasión de los ejércitos búlgaros. Al enterarse de las hazañas de cierto estilita en Patras, acudió a verlo y permaneció durante diez años sirviendo al asceta con humildad y obediencia. Posteriormente, el Santo regresó nuevamente a su tierra natal y nuevamente comenzó a practicar el ascetismo en el monte Ioannou.
Las multitudes que acudían perturbaron su tranquilidad, por lo que, con la bendición del Anciano Teofilacto, san Lucas marchó con su discípulo a un sitio aún más remoto en Kalamion. Después de tres años, se instaló en la desolada y árida isla de Ampelon a causa de una invasión de los turcos. Steiris fue otro sitio de su contienda ascética. Aquí se reunieron los hermanos del monje y despuntó un modesto Monasterio, cuya iglesia estaba dedicada a la Santa Gran Mártir Bárbara. Habitando en el Monasterio, el Santo obró numerosos milagros, curando enfermedades del alma y del cuerpo.
Previendo su fin, el Santo se recluyó en una celda y durante tres meses preparó su partida. Cuando se lo cuestionó dónde lo enterrarían, el monje respondió: “Arroja mi cuerpo a un barranco para que lo coman las bestias salvajes”. Cuando los hermanos rogaron que cambiara éstas instrucciones, los instruyó que enterraran su cuerpo en el sitio donde yacía. Alzando los ojos al cielo, dijo: “¡En tus manos, oh Señor, encomiendo mi espíritu!”.
San Lucas durmió en el Señor el día 7 del mes de febrero del año 946. Posteriormente se construyó una iglesia sobre su sepulcro. Mirra emanó de sus Santas Reliquias y se produjeron numerosas curaciones.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Venerable Luke of Hellas. New York, Estados Unidos: OCA.
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