VENERABLE MATRONA DE MOSCÚ
- monasteriodelasant6
- 2 may
- 5 Min. de lectura
conmemorada el 02 de mayo.

La Venerable Beata Matrona Dimitrievna Nikonova de Moscú (ru. Блаженная Матрона Димитриевна Никонова Московская), llamada “el octavo pilar de Rusia” por san Juan de Kronstadt, y cuya fiesta se celebra el día 02 del mes de mayo, es una extraordinaria Santa de nuestros tiempos cuya vida debe ser conocida por todos los cristianos ortodoxos, tal como es conocida en toda Rusia.
Santa Matrona nació en 1885 (otras fuentes fechan su nacimiento en el año 1881) en el poblado de Sebino (ru. Себино) del distrito de Kímovsk (ru. Кимовск), en la región de Tula, de la humilde familia de Dimitri y Natalya Nikonov. Ella era la cuarta hija de la familia. Sus padres, que luchaban por sobrevivir, sopesaron la idea internarla en un orfanato después de su nacimiento, pero su madre cambió de opinión después de tener un sueño en el que vio que un ave del color de la nieve de divina belleza, con las cuencas de los ojos vacías, se posaba sobre su seno. Cuando nació Matrona, era ciega, con los párpados cerrados sobre las cuencas de los ojos vacías. Su madre tomó ésto como una señal celestial. Sin embargo, el Señor, nuestro Dios, la dio la visión espiritual y la gracia de penetrar en los Misterios de Su Providencia. Desde sus primeros años, la Santísima Matrona no solo podía ver los pecados y las transgresiones de las personas, sino, asimismo, sus pensamientos. Podía sentir la inminencia de los peligros, previendo calamidades naturales y humanas. La gracia que reposaba sobre ella se manifestaba en los dones de oración, conocimiento, comprensión espiritual y presciencia. Desde muy temprano, el pueblo empezó a acudir a ella en busca de consejos. A través de sus oraciones, las personas recibían la sanación de enfermedades y consuelo en las aflicciones. Arrastrando carros y carretas con enfermos, la gente llegaba a la casa de los Nikonov desde otras aldeas, desde toda la región e incluso desde otras provincias, trayendo a quienes yacían en lecho de enfermedad, a quienes la niña levantó en pie.
A la edad de diecisiete años, las piernas de Santa Matrona se paralizaron repentinamente y perdió permanentemente la capacidad de caminar. Ella jamás se quejó de sus dolencias, sino que llevó humildemente la cruz que Dios la había dado (OCA, 2025).
Deseando agradecer a Matrona, los devotos daban alimento y obsequios a sus padres. De éste modo la niña, en lugar de ser una carga, se convirtió en fuente de sustento. En 1925, Matrona se mudó a Moscú, viviendo allí hasta el final de su vida. Viviendo durante casi tres décadas en la capital rusa, realizó un ministerio espiritual y de oración que salvó de la perdición a muchos, conduciéndolos a la salvación.
La ayuda que Matrona dio a los enfermos no tenía nada que ver con los encantadores, los adivinos, los llamados curanderos y otros tratos mágicos, sino que era de verdadera naturaleza cristiana. La “hechicera” Matrona fue, por lo tanto, odiada por los hechiceros, como lo atestiguan aquellos que la conocieron bien durante el período moscovita de su vida.
Sobre todo, Matrona oraba por la gente. Como una justa de Dios, ricamente dotada con regalos de lo alto, ella pidió al Señor ayuda milagrosa para el sufrimiento.
Cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, la Bendita pidió que quienes vinieran a ella trajeran ramas de sauce, las cuales partía en partes iguales, retiraba su corteza, a la vez que oraba. Las personas que la conocieron recuerdan que sus dedos estaban cubiertos de heridas.
Matrona podía estar presente espiritualmente en diferentes lugares, porque el espacio no existía en su visión espiritual. A menudo se decía que se encontraba presente de manera invisible en los frentes, socorriendo a los soldados.
“Matronushka”, como era conocida familiarmente, recibía hasta cuarenta personas cada día. La gente acudía a ella con sus problemas, con sus enfermedades espirituales y corporales. Ella jamás rechazó ayudar a nadie, excepto a aquellos que acudían con intenciones maliciosas. Algunos pensaban que Mátushka Matrona era una curandera, capaz de eliminar una maldición o el mal de ojo, pero después de hablar con ella se dieron cuenta de que era una persona de Dios y se dirigían a la Iglesia y a sus misterios salvíficos. Su ayuda era desinteresada; no recibía nada de nadie.
Mátushka siempre decía sus oraciones en voz alta. Ella enfatizó que no era ella la que obraba, sino Dios mismo a través de sus oraciones: “¿Qué, Matronushka es Dios, es eso? ¡Es Dios quien ayuda!”.
Sanando a los enfermos, Mátushka les pedía que tuvieran fe en Dios y reformaran sus vidas pecaminosas. Una vez preguntó a un visitante si creía que el Señor era capaz de curarlo. A otro, que sufría de epilepsia, le ordenó que no se perdiera un solo servicio dominical, y que cada vez fuera a la Confesión y Comunión de los Santos Misterios de Cristo. Ella bendijo a los que viven en un matrimonio civil para casarse en la Iglesia sin falta. Ella requería que todos llevaran una cruz.
Matronushka solía decir: “Si la gente pierde la fe en Dios, sufrirá calamidades, y si no se arrepiente, perecerá y desaparecerá de la faz de la tierra. Cuántas naciones han desaparecido, pero Rusia ha existido y seguirá existiendo. ¡Ora, pide, y arrepiéntete! El Señor no te dejará”.
El Santo Dios la reveló el momento de su dormición. Tres días antes, dio instrucciones sobre su funeral y su sepultura. La Venerable Matrona durmió en el Señor el día 02 del mes de mayo del año 1952 y fue enterrada en el cementerio de “Danilovsky”.
El día 08 de marzo de 1998, con la autorización del Patriarca Alekséi II, sus restos fueron exhumados. El acto fue presidido por el arzobispo Arsenio de Istra estando presentes numerosos obispos, archimandritas y fieles en general. Se celebró un funeral en la iglesia del cementerio y los restos fueron trasladados al Monasterio Danilov. El antropólogo forense profesor Víctor Zvyagin y el doctor Andrés Tanyukovich dieron fe de que en su pecho se encontraba un bulto en forma de cruz, tal como se menciona en su biografía. El día 30 de abril del mismo año sus restos fueron trasladados al convento de Pokrovsky de Moscú, donde descansan actualmente.
Antes de su descanso en el Señor, la Santísima Matrona dijo: “Todos, todos los que vendrán a mí: díganme, como si estuviera viva, sus dolores, les veré, les escucharé y les ayudaré”. El funeral y el entierro de la Beata marcaron el comienzo de su glorificación entre la gente como una Santa. “Después de mi muerte, pocas personas visitarán mi tumba, solo amigos cercanos, y cuando mueran, mi tumba será abandonada”, profetizó la Beata Matrona. “Pero después de muchos años, la gente escuchará sobre mí y vendrá en multitudes para ser ayudados con sus dolores y con peticiones de oración por ellos al Señor Dios, y ayudaré a todos y escucharé a todos”.
Mátushka también dijo que todos los que confiaban en ella y en sus intercesiones ante el Señor serían salvos. “Todos los que acudan a mí en busca de ayuda, me encontrarán a la hora de su muerte, cada uno de ellos”.
Fue glorificada solemnemente el día 19 del mes de abril según el calendario antiguo, y el día 02 de mayo según el nuevo, en el año 1999. La memoria de Santa Matrona se celebra dicho día. Debido al gran peregrinaje de fieles para la veneración de sus reliquias y al gran amor de la gente por ésta Santa, recientemente los miembros del Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa han introducido un nuevo día festivo dedicado a Santa Matrona, conmemorando la exhumación de sus santas reliquias (8 de marzo de acuerdo con el nuevo calendario).
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2025). Osia Matrona de Moscú. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
Orthodox Church in America. (2025). Saint Matrona of Moscow. New York, Estados Unidos: OCA.
Comments