Muy estimados hermanos en Cristo: Sacerdotes e Ieromonjes, Diáconos e Ierodiaconos, Monjes y Monjas y todo el pueblo de Dios!
“Toda dádiva buena y don perfecto viene del Padre de las luces…” dice el Apóstol, y entre estos dones se encuentra la sabiduría de nuestros Santos Padres al instituir en la Santa Iglesia de Cristo el orden Litúrgico para glorificar a Dios Uno y Trino como conviene por las grandes fiestas y los tiempos debidos de preparación para celebrar los misterios de nuestra salvación.
[Hoy, miércoles, 15 de noviembre de 2023], empezamos el tiempo tan esperado y deseado con gozo del ayuno en preparación a la Navidad de Nuestro Señor Dios y Salvador Jesucristo en la carne. Dice la Apostija de la Preparación de la fiesta: “Belén, oh tierra de Judá, arregla espléndidamente la Gruta como Santa Morada, pues ahí Dios ha de nacer en la carne de una Virgen que no conoció varón, para la salvación del género humano”. Somos nosotros la gruta oscura y llena del polvo del pecado acumulado que, con el tiempo del ayuno, debe prepararse como Santa Morada. Ayuno que implica tiempo de purificación e iluminación de lo más recóndito de nuestras almas y cuerpos para hacer al Dios con nosotros ─Emmanuel─, una digna habitación. Para quien vive de fe, este tiempo de ayuno material y espiritual no es causa de tristeza, sino de regocijo; porque la gracia se nos ofrece con toda pedagogía espiritual necesaria para liberarnos de los pecados que nos mantienen en situación de esclavitud mermando el don de la filiación divina, regalo único y gratuito de la Encarnación del Verbo.
“¡Casa de Efrata, oh Ciudad Santa, Gloria de los Profetas, prepara el hogar donde Dios nacerá!”. Si en nuestro corazón, si en nuestra vida con todo lo que la entreteje, se hace morada digna de Dios, entonces la creatura humana sin importar de donde venga tendrá un lugar donde llegar. Sin importar su condición social, religiosa, política o cultural, en la morada de Dios, el hombre encontrará también su morada. En dónde está la morada de Dios ahí está la morada de toda creatura humana, pues todos, sin distinción alguna, somos hijos amados del Padre Eterno.
“Escuchen oh cielos; atienda oh tierra! He aquí que viene el Hijo de Dios Padre; viene para nacer de una Virgen, que no conoció varón...”
Abad Pablo Diniz. Ieromonje.
Monasterio de la Santa Madre de Dios, 15 de noviembre 2023.
¡Toda gracia y bendición sea con Ustedes!
Observación: Invito a que cada fiel ortodoxo busque orientación con su Padre Espiritual para hacer el ayuno de modo adecuado.