1° MIÉRCOLES DE LA SANTA Y GRAN CUARESMA.
[Génesis 1:24-31; 2:1-3]
1:24 Dijo todavía Dios: “Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie.” Y así fue. 25 Hizo Dios alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie. Y vio Dios estaba bien. 26 Y dijo Dios: “Hagamos al ser humano a nuestra imagen como semejanza* nuestra; y manden en los peces del mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la alimaña terrestre, y en todas las sierpes que serpean por la tierra.” 27 Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó; Macho y hembra los creó. 28 Y los bendijo Dios, y les dijo Dios: “Sed fecundos y multiplicaos, y henchid la tierra, y so-metedla, mandad en los peces del mar y a las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra. 29 Dijo Dios: “Ved que os he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; Para vosotros será de alimento. 30 Y a todo animal terrestre, ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animales de vida, toda la hierba ver-de les doy de alimento.” Y así fue. 31 Vio Dios cuanto había hecho; y todo estaba muy bien. Y atardeció y amaneció: Día sexto. 2:1 Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra, y todo su aparato. 2 Y dio por concluido Dios en el séptimo día la labor que había hecho; Y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera. 3 Y bendijo al día séptimo y le santificó; Porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.
[Proverbios 2:1-22]
1 Hijo mío, si das acogida a mis palabras y guardas en tu memoria mis mandatos, 2 Prestando tu oído a la sabiduría, inclinando tu corazón a la prudencia. 3 Si invocas a la inteligencia, y llamas a voces a la prudencia; 4 Si la buscas como la plata y como un tesoro la rebuscas, 5 Entonces entenderás el temor del Señor y la ciencia de Dios encontrarás. 6 Porque el Señor es el que da la sabiduría, de su boca nacen la ciencia y la prudencia. 7 Reserva el éxito para los rectos, es escudo para quienes proceden con entereza; 8 Vigila las sendas de la equidad de los justos, y guarda el camino de sus amigos. 9 Entonces entenderás la justicia, la equidad y la rectitud: Todos los senderos del bien. 10 Cuando entre la sabiduría en tu corazón, y la ciencia sea dulce para tu alma, 11 Velará sobre ti la reflexión y la prudencia te guardará, 12 Apartándote del mal camino, del hombre que propone planes perversos, 13 De los que abandonan el recto sendero, par ir por caminos tenebrosos; 14 De los que gozan en hacer el mal, se regocijan en la perversidad; 15 Cuyos senderos son tortuosos, y sus sendas llenas de revueltas. 16 Ella te apartará de mujer ajena, de la extraña de palabras melosas; 17 Que ha dejado al amigo de su juventud, y ha olvidado la alianza de Su Dios; 18 Su casa está inclinada hacia la muerte, hacia las sombras sus tortuosos senderos. 19 Nadie que entre por ella volverá, no alcanzará las sendas de la vida. 20 Por eso has de ir por el camino de los buenos, seguirás las sendas de los justos. 21 Porque los rectos habitarán la tierra, y los íntegros se mantendrán en ella. 22 Pero los malos serán cercenados de la tierra, se arrancarán de ella a los desleales.