1° VIERNES DE LA SANTA Y GRAN CUARESMA.
[Génesis 2:20-25;3:1-20]
20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada. 21 Entonces el Señor Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre; El cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. 22 De la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre. 23 Entonces éste exclamó. 23 Esta vez sí que es hueso de mis huesos, y carne de mi carne. Ésta será llamada mujer, porque del varón ha sido tomada. 24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne. 25 Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro. 3:1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: “¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los árboles del jardín? 2 Respondió la mujer a la serpiente: “Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. 3 Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: “No comáis de él, ni le toquéis, es pena de muerte. 4 Replicó la serpiente a la mujer: “De ninguna manera moriréis. 5 Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.” 6 Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. 7 Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta que estaban desnudos; Y cosiendo hojas de higuera se hicieron unos ceñidores. 8 Oyeron luego el ruido de los pasos del Señor Dios que se paseaba en el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaban de la vista del Señor Dios por entre los árboles del jardín. 9 El Señor Dios llamó al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?”. 10 Éste contestó: “Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; Por eso me escondí.” 11 Él replicó: “¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?” 12 Dijo el hombre: “La mujer que me diste por compañera, me dio del árbol y comí.” 13 Dijo, pues, el Señor Dios a la mujer: “¿Por qué lo has hecho?” Y contestó la mujer: “La serpiente me sedujo, y comí.” 14 Entonces el Señor Dios dijo a la serpiente: “Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos loa animales del campo. andarás arrastrando Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: Él te pisará la cabeza, mientras acechas tú su calcañar.” 16 A la mujer le dijo: “Tantas haré tus fatigas cuantos sean tus embarazos; Con dolor parirás los hijos. Hacia tu marido irá tu apetencia, y él te dominará. 17 Al hombre le dijo: “Por haber escuchado la voz de tu mujer, y comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldito sea la suelo por tu causa; Con fatigas sacarás de él el alimento todos los días de tu vida. 18 Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste formado; Porque eres polvo, y al polvo tornarás.” 20 El hombre llamó a su mujer “Eva”, por ser ella la madre de todos los vivientes.
[Proverbios 3:19-34]
19Con la sabiduría fundó el Señor la tierra; Consolidó los cielos con inteligencia. 20 Con Su ciencia se abrieron lo océanos, y las nubes destilan el rocío. 21 Hijo mío, guarda la prudencia y la reflexión, no se aparten nunca de tus ojos; 22 Serán vida para tu alma, Y adorno para tu cuello. 23 Así irás tranquilo por tu camino, y no tropezará tu pie. 24 No tendrás miedo al acostarte, una vez acostado, será dulce tu sueño. 25 No temerás el espanto repentino, ni cuando llegue la tormenta de los malos, 26 Porque el Señor será tu tranquilidad, y guardará tu pie de caer en el cepo. 27 No niegues un favor a quien es debido, si en tu mano está el hacerlo. 28 No digas a tu prójimo: “Vete y vuelve, mañana te daré”, si tienes algo en tu poder. 29 No trames mal contra tu prójimo, cuando se sienta confiado junto a ti. 30 No te querelles contra nadie sin motivo, si no te ha hecho ningún mal. 31 No envidies al hombre violento, ni elijas ninguno de sus caminos. 32 Porque el Señor abomina a los perversos, pero Su Intimidad la tiene con los rectos. 33 La maldición del Señor en la casa del malvado; En cambio bendice la mansión del justo. 34 Con los arrogantes es también arrogante, otorga Su Favor a los pobres.