conmemorado el 17 de diciembre.
San Dionisio de Zakynthos, el obispo de Égina nació en 1547 en la isla de Zakynthos. Aunque nació en una familia noble, estaba decidido a huir del mundo y poner su mente en las cosas celestiales. Entró en el Monasterio de Strophada, y después del tiempo prescrito, el abad lo vistió con el esquema angélico. Aunque joven de edad, superó a muchos de sus mayores en virtud, y fue hallado digno de la ordenación al santo sacerdocio.
Aunque protestó a causa de su indignidad, san Dionisio fue consagrado obispo de Égina. En ese oficio jamás cesó de enseñar y amonestar a su rebaño, y muchos se allegaron a él para aprovechar su sabiduría. Temía la alabanza de los hombres, por temor de caer en el pecado de la vanagloria, por lo que renunció a su sede y regresó a Zakynthos.
En 1579, la diócesis de Zakynthos quedó viuda (cuando fallece un obispo, su diócesis se describe como “viuda”), y Dionisio acordó cuidarla hasta que se eligiera un nuevo obispo. Entonces huyó de la vida mundana que no le daba paz, y se fue al Monasterio de la Santísima Theotokos Anaphonitria, a veinte millas del pueblo principal.
Cierto forastero asesinó al hermano del santo, Constantino, un noble ilustre. Temiendo a los familiares de su víctima, el forastero, por casualidad o por voluntad de Dios, buscó refugio en el monasterio donde san Dionisio era abad. Cuando el santo le preguntó al fugitivo por qué estaba tan asustado, confesó su pecado y reveló el nombre del hombre que había asesinado, pidiendo ser protegido de la venganza de la familia. San Dionisio lloró por su único hermano, como era natural. Luego consoló al asesino y lo escondió, mostrándole gran compasión y amor.
Al poco tiempo los familiares del santo llegaron al monasterio con un grupo de hombres armados y le contaron lo sucedido. Fingió no saber nada al respecto. Después de llorar con ellos y tratar de consolarlos, los envió en la dirección equivocada. Luego le dijo al asesino que él era el hermano del hombre que había matado. Lo amonestó como a un padre, y lo llevó al arrepentimiento. Después de perdonarlo, san Dionisio lo bajó a la orilla y lo ayudó a escapar a otro lugar para salvar su vida. Debido a la virtud cristiana del santo, se le concedió el don de obrar milagros.
Habiendo pasado su vida en santidad, san Dionisio alcanzó una longeva edad, luego partió hacia el Señor el 17 de diciembre de 1624. No solo las reliquias del santo permanecen incorruptas, sino que también es uno de los “santos ambulantes” de Grecia (san Gerásimo y san Espiridón son los otros). Se dice que deja su relicario y camina haciendo milagros para aquellos que buscan su ayuda. De hecho, las suelas de sus zapatillas se desgastan y deben reemplazarse con un par nuevo de vez en cuando. Las zapatillas viejas se cortan y los pedazos se distribuyen a los peregrinos. El 24 de agosto celebramos el Traslado de sus Santas Reliquias. Por las oraciones de san Dionisio, que Cristo nuestro Dios tenga misericordia de nosotros y nos salve.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2022). Venerable Dionysius of Aegina. New York, Estados Unidos: OCA.
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