LAS RIQUEZAS EGIPCIAS.
LAS RIQUEZAS EGIPCIAS,
SAN GREGORIO DE NISA.

Así es como Moisés saca al pueblo de Egipto. De igual modo, todo el que sigue las huellas de Moisés libra de la tiranía egipcia a todos aquellos a los que llega la palabra. Pienso que los que siguen a quien les conduce hacia la virtud no deben ser privados de la riqueza egipcia, ni carecer de los tesoros extranjeros, sino que deben llevar consigo todas las cosas que pertenecen a sus adversarios, tomándolas en préstamo. Esto es lo que Moisés manda hacer al pueblo. [Sobre el predicho asunto] más apropiada que la interpretación literal es la interpretación espiritual, que exhorta a quienes buscan una vida libre a través de la virtud a aprovisionarse con la riqueza de la cultura extranjera en la que se glorían quienes son ajenos a la fe. Así sucede con la ética, la física, la geometría, la astronomía, la dialéctica y todas las demás ciencias que son cultivadas por quienes no pertenecen a la Iglesia. El guía de la virtud exhorta a tomarlas de quienes, en Egipto, las poseen en abundancia, y a usarlas como quienes las van a necesitar a su tiempo, cuando sea necesario embellecer el divino templo del misterio con las riquezas de la inteligencia. En efecto, aquellos que habían atesorado para sí esta riqueza la presentaron a Moisés cuando se afanaba en la construcción de la tienda del testimonio, prestando cada uno su contribución a la preparación de las cosas santas. Podemos ver que esto sucede también ahora. Muchos presentan a la Iglesia de Dios, como un don, la cultura pagana. Así hizo el gran Basilio, que adquirió hermosamente la riqueza egipcia en el tiempo de su juventud, la dedicó a Dios, y embelleció con esta riqueza el verdadero tabernáculo de la Iglesia.

