conmemorado el 21 de marzo.
Sobre la vida de Jacobo (o bien, Santiago) se guarda desgraciadamente una historia incompleta. Ni el lugar de su nacimiento ni el lugar donde sirvió como obispo son conocidos.
Es sabido que siguió la vida ascética desde una edad muy temprana y se purificó a sí mismo a través del ayuno, la oración, las vigilias y el estudio de la Santa Escritura. Posteriormente, debido a su gran virtud, se lo encontró digno de introducirse en las funciones del episcopado, siendo nombrado obispo durante los años de la iconoclastia.
En nombre de la veneración de los iconos sagrados, el bienaventurado Jacobo soportó numerosas pruebas y exilios a manos de los iconoclastas. Habiendo soportado éstas pruebas con valentía, incluidas el hambre y la sed, entregó su alma a las manos de Dios, de Quien recibió la corona de confesión.
Algunas fuentes indican que fue perseguido durante el reinado de Constantino Copronimos (741-775), mientras que otros creen que fue un monje en el Monasterio de Studion y discípulo de san Teodoro el Estudita (759-826) antes de convertirse en Obispo. Se cree además que este puede ser el Jacobo al que san Teodoro el Estudita dedicó una homilía (PG 99, 1353-1356) y del que dice que descansó como Confesor en el año 818, aunque no se refiere a él como un obispo.
REFERENCIAS
La Ortodoxia es la Verdad. (2024). San Jacobo el Confesor. Atenas, Grecia: https://laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
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