VENERABLE ABRAHAM TAUMATURGO, ARCHIMANDRITA DE SMOLENSK
- monasteriodelasant6
- 21 ago
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conmemorado el 21 de agosto.

El Venerable Abraham de Smolensk (ru. Преподобный Авраамий Смоленский), predicador del arrepentimiento y del Terrible Juicio Final, nació a mediados del siglo XII en Smolensk, de padres adinerados que concibieron doce hijas antes que él y que rogaron a Dios por un hijo varón.
Desde niño, creció en el temor de Dios, asistía asiduamente a la iglesia y contó con la oportunidad de leer libros. Sus padres esperaban que su único hijo se casara y continuara su ilustre linaje, pero él anhelaba una vida diferente. Tras el reposo de sus padres, habiendo donado todas sus riquezas a Monasterios, iglesias y a los desposeídos, el Santo recorría la ciudad vistiendo andrajos, pidiendo a Dios que lo mostrara el camino de la salvación.
Fue tonsurado en el Monasterio de la Santísima Theotokos, a poco más de cinco kilómetros de Smolensk, en Selischa (ru. Селища). Tras pasar por diversas obediencias allí, el monje se dedicó fervientemente a copiar libros, adquiriendo de ellos riquezas espirituales.
El príncipe de Smolensk, Román Rostislávich (+ 1170), fundó una escuela en la ciudad, donde se enseñaba no solo en eslavo, sino también con libros griegos y latinos. El propio príncipe poseía una gran colección de libros, que san Abraham utilizaba. Se había esforzado por más de treinta años en el Monasterio, cuando en el año 1198 el Abad lo convenció de aceptar la dignidad de presbítero. Diariamente celebraba la Divina Liturgia y cumplía con la obediencia del clero, no solo para con los hermanos, sino también para con el pueblo.
Pronto, el monje se hizo muy conocido. Ésto despertó la envidia de los hermanos, y luego también del Abad, y cinco años después, el monje se vio obligado a trasladarse al Monasterio de la Exaltación de la Cruz en Smolensk. Con ofrendas de los devotos, embelleció la iglesia catedral del modesto Monasterio con iconos, cortinas y candelabros. Él mismo escribió dos iconos sobre temas que le interesaban profundamente. En uno representó el Terrible Juicio Final, y en el otro, el sufrimiento de las pruebas de la vida. Delgado y pálido por la ardua labor, portando su hábito sacerdotal, el asceta se semejaba en apariencia a san Basilio el Grande.
El Santo era estricto consigo mismo y con sus hijos espirituales. Predicaba constantemente en la iglesia y a quienes acudían a él en su celda, conversando con ricos y pobres por igual.
Los notables de la ciudad y el clero exigieron al Obispo Ignacio (ru. Святитель Игнатий, епископ Смоленский, чудотворец) que llevara al monje a juicio, acusándolo de seducir mujeres y tentar a sus hijos espirituales. Aún más terribles fueron las acusaciones de herejía y de leer libros prohibidos. Por ello, propusieron ahogar o prender fuego al asceta. En el juicio ante el príncipe y el Obispo, el Santo respondió a todas las falsas acusaciones.
A pesar de ello, le prohibieron ejercer el sacerdocio y lo devolvieron al antiguo Monasterio de la Santísima Theotokos. Una terrible sequía se desató como consecuencia de la ira divina por la injusta sentencia, y solo cuando san Ignacio absolvió a san Abraham, permitiéndole servir y predicar, volvió a caer la lluvia sobre Smolensk.
El Santo Obispo Ignacio construyó un nuevo Monasterio en honor a la Colocación del Manto de la Santísima Theotokos, y confió su dirección a san Abraham, quien se instaló allí, retirándose de la diócesis por su edad. Muchos deseaban entrar bajo la guía de san Abraham, pero él los examinó con gran intensidad y solo después de gran escrutinio, por lo que en su Monasterio solo había diecisiete hermanos. Después de la dormición de san Ignacio, convertido en su amigo espiritual, san Abraham instó a los hermanos, más que antes, a reflexionar sobre la muerte y a orar día y noche para no ser condenados en el Juicio Final.
San Abraham durmió en el Señor después del año 1224, tras haber pasado cincuenta años en la vida monástica. Ya a finales del siglo XIII se le había dedicado un servicio, junto con su discípulo san Efraín. La terrible invasión mongol-tártara, vista como la ira de Dios por los pecados de la nación, no solo no acalló la memoria del Venerable Abraham de Smolensk, sino que sirvió como recordatorio para el pueblo de su llamado al arrepentimiento y al recuerdo del terrible Juicio Final.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2025). Venerable Abramius the Wonderworker, Archimandrite of Smolensk. New York, Estados Unidos: OCA.





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