conmemorado el 22 de febrero.
El Venerable Baradatos, el anacoreta de Siria, comenzó una vida como morador del desierto en una choza cerca de Antioquía. Luego construyó una celda de piedra sobre una colina, tan estrecha y baja que el asceta sólo podía permanecer en ella encorvado. No tenía ventana alguna ni tampoco puerta, y por los resquicios entraban el viento, la lluvia y el frío, y en verano no estaba resguardado del calor.
Pasados largos años, el patriarca Theodoreto de Alejandría instó al monje a abandonar la estrecha choza. Luego el Santo se retiró a una nueva reclusión: cubierto de cuero de pies a cabeza y con una pequeña abertura para la nariz y la boca, oró de pie con las manos alzadas al cielo. La gracia de Dios lo fortaleció en sus obras y purificó su corazón de las pasiones. La gente empezó a acudir a él en busca de consejo espiritual, y el Venerable Baradatos los guiaba con suma humildad. Habiendo adquirido numerosos dones espirituales, san Baradatos partió en paz hacia el Señor en el año 460.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Venerable Baradates, Hermit of Syria. New York, Estados Unidos: OCA.
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