conmemorado el 14 de marzo.
El Venerable Benito, fundador del monasticismo occidental, nació en la ciudad italiana de Nursia en el año 480. Cuando tenía catorce años, sus padres lo enviaron a estudiar a Roma. Intranquilo por causa de la inmoralidad en derredor suyo, decidió dedicarse a un diferente tipo de vida.
Al principio san Benito se instaló cerca de la iglesia del santo Apóstol Pedro en el pueblo de Effedum, pero las noticias de su vida ascética lo obligaron a adentrarse en las montañas. Allí se encontró con el ermitaño Romano, quien lo tonsuró en el monasticismo y lo dirigió a vivir en una cueva remota en Subiaco. De vez en cuando, el ermitaño le traía comida.
Durante tres años el santo libró una dura contienda contra las tentaciones y las venció. La gente pronto comenzó a reunirse con él, sedienta de vivir bajo su guía. Creció tanto el número de discípulos, que el santo los dividió en doce comunidades. Cada comunidad estaba compuesta por doce monjes y moraba una Skete separada. El santo dio a cada Skete un Higúmeno de entre sus discípulos experimentados, y solo los monjes novicios permanecieron con san Benito para recibir instrucción.
La estricta Regla monástica que san Benito estableció para los monjes no fue aceptada por todos, y más de una vez fue criticada y abusada por los disidentes.
Finalmente se instaló en Campagna, y en Monte Cassino fundó el monasterio de Monte Cassino, que por largo tiempo fue un centro de educación teológica para la Iglesia occidental. El monasterio poseía una notable biblioteca. San Benito escribió su Regla, basada en la experiencia de vida de los habitantes del desierto oriental y los preceptos de san Juan Casiano el Romano (29 de febrero).
La Regla de San Benito dominó el monacato occidental durante siglos (hacia el año 1595 había aparecido en más de 100 ediciones). La Regla prescribía la renuncia a los bienes personales, así como la obediencia incondicional y el trabajo constante. Se consideraba deber de los monjes mayores enseñar a los más jóvenes y copiar manuscritos antiguos. Ésto ayudó a preservar escritos memorables de los primeros siglos del cristianismo.
Cada nuevo monje debía vivir como novicio durante un año, aprender la Regla monástica y aclimatarse a la vida monástica. Cada obra requería una bendición. La cabeza de éste monasterio cenobítico es el Higúmeno, quien discierne, enseña y explica. Si bien el Higúmeno apela al consejo de sus más experimentados hermanos, es él quien toma las decisiones finales. La observancia de la Regla monástica era estrictamente vinculante para todos y se consideraba un paso importante en el camino hacia la perfección.
El Señor concedió a san Benito el don de la previsión y de obrar milagros. Sanó a muchos con sus oraciones. El monje predijo el día de su muerte en 547. La principal fuente de su Vida es el segundo Discurso de San Gregorio.
La hermana de san Benito, santa Escolástica (10 de febrero), es también célebre por su estricta vida ascética y es contada entre los Santos de nuestro Señor.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Venerable Benedict of Nursia. New York, Estados Unidos: OCA.
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