conmemorado el 21 de octubre.
San Hilario el Grande nació de padres paganos en el año 291 en el pueblo palestino de Tabatha, vecino a Gaza. Cuando era joven, fue enviado a Alejandría para su educación. Allí se familiarizó con el cristianismo y recibió el Santo Bautismo. Después de escuchar un relato de la vida angélica de san Antonio el Grande (17 de enero), Hilario fue a su encuentro anhelando estudiar con él y aprender lo agradable a Dios. Hilario pronto volvió a su tierra natal para encontrar que sus padres habían muerto. Después de distribuir la herencia familiar a los necesitados, san Hilario se adentró en el desierto que rodeaba la ciudad de Maium.
En el desierto el venerable Santo soportó violentas pugnas con los pensamientos impuros, las aflicciones de la mente y las ávidas pasiones de la carne, mas las venció con arduos trabajos, ayuno y devota oración. El diablo trató de asustarlo con espectros y apariciones. Mientras oraba, san Hilario oía a veces el llanto de niños, el llanto de mujeres y el rugido de leones y otras fieras. Entendió que los demonios estaban causando estos terrores para sacarlo del desierto. Superó su miedo recurriendo a la oración devota. Una vez, unos ladrones se lanzaron sobre san Hilario, mas él los persuadió a abandonar tal inicua vida mediante el poder de sus palabras.
Pronto Palestina entera escuchó acerca de san Hilario y de los milagros que obraba. El Señor concedió al santo asceta el poder de expulsar los espíritus inmundos. Con este don de Gracia desató las ataduras de muchos de los que estaban afligidos. Los enfermos acudían a curarse, y el Santo los curaba sin pedir pago alguno, diciendo que la Gracia de Dios se recibe gratuitamente, y gratuitamente se debe dar (Mt 10:8).
Tal fue la Gracia que recibió de Dios que era capaz de conocer por el olor del cuerpo o de las prendas de alguien qué pasión afligía su alma. Acudían, pues, a san Hilario deseando salvar sus almas bajo su guía. Con su bendición, comenzaron a surgir monasterios por toda Palestina. Yendo de un monasterio a otro, instituyó una estricta forma de vida ascética.
Unos siete años antes de su muerte (371-372) san Hilario se trasladó de nuevo a Chipre, donde el asceta vivió en un lugar solitario hasta que el Señor lo convocó.
A veces se representa a san Hilario sosteniendo un pergamino que dice: “Las herramientas de un monje son la constancia, la humildad y el amor según Dios”. En la iconografía, se le representa como un anciano con una barba semejante a un junco marrón dividida en tres puntas.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2022). Venerable Hilarion the Great. New York, Estados Unidos: OCA.
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