conmemorado el 4 de febrero.
El Venerable Isidoro de Pelusio vivió durante los siglos IV-V. Era originario de Alejandría y se crio entre cristianos piadosos. Era pariente de Teófilo, arzobispo de Alejandría, y de su sucesor, san Cirilo (18 de enero). Siendo aún joven abandonó el mundo y se retiró a Egipto, al monte Pelusio, que se convirtió en el sitio de su embate monástico.
La sabiduría espiritual y el estricto ascetismo de san Isidoro, combinados con su amplia erudición y conocimiento innato del alma humana, lo permitieron granjear la deferencia y el amor de sus hermanos monjes en corto tiempo. Lo eligieron como su director y lo ordenaron sacerdote (las fuentes más antiguas sobre su vida, sin embargo, no dicen nada de que se hiciera Higúmeno).
Siguiendo obra y ejemplo de san Juan Crisóstomo, a quien llegara a ver y oír durante un viaje a Constantinopla, el Venerable Isidoro se dedicó principalmente a la predicación cristiana, esa “sabiduría práctica” que, según sus propias palabras, es a la vez, “fundamento del edificio y el edificio mismo”, mientras que la lógica es “su adorno, y la contemplación su corona”.
Fue un maestro y un consejero dispuesto a brindar consejo a cualquiera que acudiera a él en busca de estímulo espiritual, ya fuera un hombre sencillo, un dignatario, un obispo, el patriarca de Alejandría o incluso el emperador. Dejó unas diez mil epístolas, de las cuales poco más de dos mil han sobrevivido. Gran parte de éstas cartas revela un hondo pensamiento teológico y contiene interpretaciones moralmente edificantes de la Sagrada Escritura. San Focio (6 de febrero) llama a Isidoro un modelo de vida sacerdotal y ascética, y también un maestro del estilo.
El amor de san Isidoro por san Juan Crisóstomo resultó en su apoyo a san Juan cuando fue perseguido por la emperatriz Eudoxia y el Arzobispo Teófilo. Después de la muerte de san Juan, san Isidoro persuadió al sucesor de Teófilo, san Cirilo, para que inscribiera el nombre de san Juan Crisóstomo en los dípticos de la Iglesia como confesor. Por iniciativa de san Isidoro se convocó en Éfeso (431) el Tercer Concilio Ecuménico, en el que se condenó la falsa enseñanza de Nestorio sobre la persona de Jesucristo.
San Isidoro vivió hasta una edad avanzada y durmió en el Señor alrededor del año 436. El historiador de la Iglesia Evagrius (siglo VI) escribe sobre san Isidoro: “Su vida parecía a todos la vida de un ángel sobre la tierra”. Otro historiador, Nikēphóros Callistus (siglo IX), elogia así a san Isidoro: “Fue un inspirado y vital pilar de las reglas monásticas y de la visión divina, y como tal presentaba una imagen muy elevada del más ferviente ejemplo y enseñanza espiritual”.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2024). Venerable Isidore of Pelusium. New York, Estados Unidos: OCA.
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