conmemorado el 4 de diciembre.
Nuestro Venerable Padre Juan de Damasco nació alrededor del año 680 en Damasco, Siria, en el seno de una familia cristiana. Su padre, Sergio Mansur, era tesorero de la corte del Califa. Juan también tenía un hermano adoptivo, el niño huérfano Cosme (gr. Kosmás, 14 de octubre), a quien Sergio acogiera en su propia casa. Cuando los niños crecieron, Sergio se aseguró de que recibieran una buena educación. En el mercado de esclavos de Damasco rescató del cautiverio al erudito monje Cosme de Calabria y le confió la enseñanza de sus hijos. Los muchachos demostraron una habilidad poco común y dominaron fácilmente sus cursos de ciencias seculares y espirituales. Después del reposo de su padre, Juan ocupó puestos ministeriales en la corte y se convirtió en prefecto de la ciudad.
En aquel tiempo, en Constantinopla había surgido y rápidamente difundido la herejía iconoclasta, apoyada por el emperador León III el Isaurio (717-741). Levantándose en defensa de la veneración ortodoxa de los iconos (Iconodulia), san Juan escribió tres tratados titulados “Contra aquellos que vilipendian los santos iconos”. Los sabios y divinamente inspirados escritos de san Juan enfurecieron al emperador. Pero como el autor no era un súbdito bizantino, el emperador no pudo encerrarlo en prisión ni ejecutarlo. Entonces, el emperador recurrió a la calumnia. Se presentó una carta falsificada dirigida al emperador, supuestamente proveniente de Juan, en la que el funcionario de Damasco ofrecía su ayuda a León para conquistar la capital siria.
Ésta carta y otra nota hipócritamente halagadora fueron enviadas al califa sarraceno por León el Isaurio. El Califa ordenó inmediatamente que san Juan fuera destituido de su cargo, que cortaran su mano derecha y que lo condujeran encadenado por la ciudad.
Esa misma tarde devolvieron la mano cortada a san Juan. El Santo la apretó contra su muñeca y oró a la Santísima Theotokos para que lo sanara para poder defender la fe ortodoxa y escribir una vez más en alabanza a la Santísima Virgen y a su Hijo. Pasado un tiempo, se quedó dormido ante el icono de la Madre de Dios. Oyó Su voz diciendo que había sido sanado y ordenándolo trabajar incesantemente con su restaurada mano. Al despertar, descubrió que su mano estaba unida a su brazo una vez más. Sólo conservó una pequeña marca roja alrededor de su muñeca como signo del milagro.
Más tarde, en acción de gracias por haber sido curado, san Juan hizo adherir al icono un modelo de plata de su mano, que pasó a ser conocido como “De las Tres Manos”. Algunos incautos pintores han escrito tres manos a la Madre de Dios en lugar de representar el modelo de plata de la mano de san Juan. Al Icono “De las Tres Manos” se lo conmemora el 28 de junio y el 12 de julio.
Cuando conoció el milagro ocurrido, que demostraba la inocencia del Venerable Juan, el Califa solicitó su perdón y deseó restituirlo a su antiguo cargo, pero el Santo se negó. Obsequió sus riquezas a los pobres y se fue a Jerusalén con su hermanastro y compañero de estudios, Cosme. Allí ingresó como simple novicio en el Monasterio de San Sabas el Santificado.
No resultó fácil encontrar un guía espiritual, porque todos los monjes estaban intimidados por su gran saber y por su antiguo rango. Sólo un Anciano con mucha experiencia, que tuviera la habilidad de fomentar el espíritu de obediencia y humildad en un estudiante, consentiría en hacer ésto. El Anciano prohibió a Juan llevar a cabo cualquier obra según su propia voluntad. También ordenó que ofreciera a Dios todas sus labores y súplicas como un sacrificio perfecto y que derramara lágrimas en orden a lavar los pecados de su vida anterior.
Una vez envió al novicio a Damasco a vender cestas hechas en el Monasterio y ordenó que las vendiera a un precio inflado, muy por encima de su valor real. Emprendió el largo viaje bajo un sol abrasador, vestido con harapos. Nadie en la ciudad reconoció al antiguo funcionario de Damasco, porque su apariencia había sido cambiada por prolongados ayunos y trabajos ascéticos. Sin embargo, san Juan fue reconocido por su antiguo mayordomo, quien compró todas las cestas al precio de venta, mostrando compasión de él por su aparente pobreza.
Uno de los monjes falleció y su hermano rogó al Venerable Juan que compusiera una obra consoladora para el funeral. San Juan se negó durante mucho tiempo, pero por compasión cedió a la petición del afligido monje y escribió su famosa troparia funeraria (“Qué deleite terrenal”, “Toda vanidad humana”, y otras). Por ésta desobediencia el Anciano lo desterró de su celda. Juan cayó a sus pies y pidió perdón, pero el Anciano permaneció inflexible. Todos los monjes comenzaron a suplicarle que permitiera regresar a Juan, pero él se negó. Entonces uno de los monjes pidió al Anciano que le impusiera una penitencia a Juan y que lo perdonara si la cumplía. El Anciano dijo: “Si Juan desea ser perdonado, que lave todos los orinales de la Lavra y limpie las letrinas del monasterio con sus propias manos”.
Juan se regocijó y corrió ansiosamente para cumplir su vergonzosa tarea. Después de un tiempo, la Purísima y Santísima Theotokos le ordenó al Anciano en una visión que permitiera a san Juan escribir nuevamente. Cuando el Patriarca de Jerusalén escuchó acerca de san Juan, lo ordenó sacerdote y lo nombró predicador en su catedral. Pero san Juan pronto regresó a la Lavra de San Savva, donde pasó el resto de su vida escribiendo libros espirituales e himnos de la iglesia. Abandonó el Monasterio sólo para denunciar a los iconoclastas en el Concilio de Constantinopla de 754. Lo sometieron a prisión y tormento, pero lo soportó todo y, por la misericordia de Dios, permaneció vivo. Durmió en el Señor aproximadamente en el año 780, con más de 100 años.
San Juan Damasceno fue un teólogo y un celoso defensor de la ortodoxia. Su obra fundamental es “La Fuente del Conocimiento”. La tercera sección de ésta obra, “Sobre la Fe Ortodoxa”, es un resumen de la doctrina ortodoxa y una refutación de la herejía. Dado que era conocido como himnógrafo, oramos a san Juan para que nos ayude en el estudio del canto de la iglesia.
REFERENCIAS
Orthodox Church in America. (2023). Venerable John of Damascus. New York, Estados Unidos: OCA.
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