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VENERABLE NICETAS EL CONFESOR, ABAD DE MEDIQUION

conmemorado el 3 de abril.


San Nicetas el Confesor nació en Bitinia Cesarea de una familia piadosa. Su madre murió ocho días después de su nacimiento y su padre Filáretos se hizo monje. El niño quedó al cuidado de su abuela, quien lo crio en un verdadero espíritu cristiano. Desde su juventud, san Nicetas asistió a la iglesia y fue discípulo del ermitaño Estéfano, con cuya bendición, san Nicetas partió hacia el Monasterio de Mydicia, donde san Nicéforo (13 de marzo) era el Higúmeno.

Tras siete años de vida virtuosa en el Monasterio, célebre por su estricta regla monástica, san Nicetas fue ordenado presbítero. San Nicéforo, conociendo la vida santa del joven monje, le confió la guía del monasterio cuando él mismo enfermó.

No deseando poder, san Nicetas se dedicó a la iluminación y el bienestar del monasterio. Guio a los hermanos con su propio ejemplo. Pronto la fama de la elevada vida de los habitantes del Monasterio atrajo a muchos que buscaban la salvación. Después de varios años, el número de monjes había aumentado a cien.

Cuando san Nicéforo partió hacia nuestro Señor en su vejez, los hermanos unánimemente eligieron a san Nicetas como Higúmeno.

El Señor le concedió a san Nicetas el don de obrar milagros. A través de su oración un niño sordomudo recibió el don de la palabra; dos mujeres endemoniadas fueron sanadas; restauró la razón a uno que la había perdido, y muchos de los enfermos fueron sanados de sus dolencias.

Durante los años del reinado del emperador León el Armenio (813-820), resurgió la herejía iconoclasta y aumentó la opresión. Los obispos ortodoxos fueron depuestos y desterrados. En Constantinopla se convocó un concilio de herejes en 815, en el que depusieron al santo patriarca Nicéforo (806-815), y en su lugar eligieron al hereje laico Teodoto. También instalaron herejes en el lugar de los obispos ortodoxos exiliados y encarcelados.

El emperador convocó a todos los jefes de los monasterios y trató de acercarlos a la herejía iconoclasta. Entre los convocados estaba san Nicetas, quien defendía firmemente la confesión ortodoxa. Siguiendo su ejemplo, todos los Higúmenos permanecieron fieles a la veneración de los santos iconos. Razón por la cual, lo aprisionaron. San Nicetas sobrellevó valientemente todas las tribulaciones y avivó la firmeza de espíritu en los demás prisioneros.

Entonces, tanto el emperador como el falso Patriarca Teodoto intentaron engañar a los que se mantuvieron fieles a la enseñanza ortodoxa. Prometieron que el emperador les daría su libertad y permitiría la veneración de los iconos con una condición: que comulgaran con el pseudo-patriarca Teodoto.

Durante mucho tiempo el santo tuvo dudas de entrar en comunión con un hereje, pero otros prisioneros le suplicaron que los acompañara. Accediendo a sus ruegos, san Nicetas entró en la iglesia, donde se exhibían iconos para engañar a los confesores, y aceptó la Comunión.

Pero cuando volvió a su monasterio y vio que la persecución contra los íconos continuaba, se arrepintió de su acción, regresó a Constantinopla y denunció sin miedo la herejía iconoclasta. Ignoró todas las amenazas del emperador.

San Nicetas fue nuevamente encerrado en prisión durante seis años hasta la muerte del emperador León el Armenio. Soportando hambre y aflicción, san Nicetas obró milagros por el poder de sus oraciones: a través de su oración, el gobernante frigio liberó a dos cautivos sin rescate; tres náufragos por los que rezaba san Nicetas, fueron arrojados a la orilla por las olas.

San Nicetas descansó en el Señor en el año de 824. El cuerpo del santo fue enterrado en el monasterio con reverencia. Más tarde, sus reliquias se convirtieron en fuente de curación para los que venían a venerar al santo confesor.



REFERENCIAS

Orthodox Church in America. (2023). Venerable Niketas the Confessor, Abbot of Medikion. New York, Estados Unidos: OCA.

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